Bélgica es uno de los tres países europeos que actualmente tiene reglamentada la “eutanasia” esta tiene una definición ante la ley comoun "acto practicado por un tercero, que pone intencionadamente fin a la vida de una persona a petición de ésta"indicando que el medico que lleva a cabo dicho procedimiento no comente ninguna irregularidad si cumple con lo establecido por la ley de ese país.En el legislativo también se fijan unas condiciones: el paciente debe ser mayor de edad, sea capaz y esté consciente en el momento de presentar su petición, debe padecer "sufrimiento físico o psíquico constante e insoportable, que no pueda ser calmado, causado por una afección accidental o patológica incurable", añade la ley. Deberá hacer su petición "de manera voluntaria, reflexionada y reiterada" y presentarla por escrito, ante este cumplimiento el medico debe cerciorarse que no hay otra solución que no sea la eutanasia.
En el caso de los menores también está sujeta a una serie de condiciones:El niño la puede solicitar si sufre "dolores físicos insoportables e inaplicables", está en fase terminal de su enfermedad y cuenta con el consentimiento de los padres y del equipo médico.
Su aprobación no estuvo exenta de polémica. La ley contó con el respaldo de los socialistas y liberales belgas, pero no fue apoyada por los democristianos. los pediatras rápidamente se posicionaron en contra y pidieron al ejecutivo que retirara la ley. "Creemos que la eutanasia no forma parte de la terapia paliativa pediátrica y no constituye una alternativa", aseguraron en una carta enviada a los medios de comunicación.
Desde mi punto de vista, los niños y adolescentes deben ser tratados con los distintos fármacos disponibles que les permita luchas contra dichas enfermedades y dolores que padezcan, logrando un efecto positivo frente a esa lucha. puesto que aún no tendrían la madurez suficiente frente a valor de la “vida”
Nathan Verhelst, tenía 44 años, y se había sometido a varias operaciones de cambio de sexo que no habían dado los frutos que esperaba, por lo que solicitó la eutanasia alegando que se sentía "asqueado" como un "monstruo" y argumentó que tenía un "sufrimiento físico insoportable". Se le concedió y se le aplicó una inyección letal sin que Verhelst fuera un enfermo terminal.Su solicitud argumentaba que las operaciones de cambio de sexo habían dejado secuelas físicas que impedían a su cuerpo cumplir funciones fisiológicas básicas. Además, durante seis meses se había sometido a tratamiento psicológico y dos psiquiatras acreditaron que debía practicarse la eutanasia debido a las secuelas psicológicas que padecía.
Otro caso polémico el pasado año fue el de los gemelos sordomudos Marc y Eddy Verbessem, de 45 años, quienes solicitaron la eutanasia porque se estaban quedando ciegos. Los hermanos, que hacían todo juntos, padecían una enfermedad ocular degenerativa que los dejaría ciegos, pero en ningún caso eran enfermos terminales. El diagnóstico que cambió sus vidas y decidieron solicitar ayuda médica para morir.
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