Seis meses después de anunciarlo, el Gobierno ha dado luz verde a la regulación por ley del derecho a una muerte digna -morir sin dolor- de los enfermos terminales. Su denominación oficial es más alambicada: Ley Reguladora de los Derechos de la Persona ante el Proceso Final de la Vida. La nueva regulación nada tiene que ver con la eutanasia, una promesa electoral del PSOE en 2004 -en realidad, la formación de una comisión en el Congreso para estudiar el tema- que ha ido diluyéndose ante el rechazo beligerante de los sectores más conservadores de la sociedad, abanderados al alimón por el Partido Popular y la Iglesia católica.
El médico colombiano que ha efectuado más de 230 eutanasias en 32 años, le explicó a El Espectador el procedimiento. Confesó que no revisa las historias clínicas y que nunca lo han denunciado porque no hay cómo probar que haya cometido un delito.
Tras una semana de espera, Ovidio Gonzalez, de 79 años, se convirtió en el primer ciudadano en Colombia al que se la practica la eutanasia. La muerte asistida de Gonzalez, quien padecía un cáncer de boca que le había desfigurado el rostro y le causaba un dolor creciente, se realizó la mañana del viernes en una clínica oncológica de Pereira, en el centro del país, al día siguiente de que la junta de médicos aprobara el procedimiento.
"Les he aplicado la eutanasia a unas 35 personas y no me arrepiento", dice Gustavo Alfonso Quintana Quintana explica, en su pequeño consultorio de Chapinero (Bogotá), que él es un "obsesionado con la vida, no con la muerte" y, sobre todo, con la idea de que "la gente que no pueda llevar una vida plena tenga derecho a escoger una muerte digna". Por eso, admite con toda tranquilidad -incluso con orgullo- que lleva varios años practicando la eutanasia en Bogotá. La primera vez que lo hizo fue para ayudar a una familiar suya: una mujer de 57 años que tenía un tumor cerebral. "Su enfermedad la regresó casi a su estado fetal. Después de tres años de agonía quedó reducida a unos huesos forrados en piel. Pesaba 28 kilos y no era justo que siguiera sufriendo. Por eso no sentí ningún temor de hacerlo". La eutanasia no llegó a la vida de Quintana por casualidad. "Estuve a punto de quedar cuadrapléjico en el año 82. Una noche saliendo de un congreso de medicina, entre Melgar y Girardot
La eutanasia o mas conocida como la muerte dulce es la intervención voluntaria que acelera la muerte de un paciente desahuciado con la intención de evitar sufrimiento y dolor del individuo . La eutanasia está asociada al final de la vida sin sufrimiento. En un sentido más contemporáneo y restringido, la eutanasia es aquel procedimiento voluntario, intencionado, estudiado y consciente que realiza un médico para acelerar la muerte de un paciente terminal de algún padecimiento incurable; a solicitud consciente, estudiada y deliberada del enfermo o familiares, quienes, plenamente enterados de que no existe tratamiento curativo para la dolencia; le solicitan al médico que la realice sobre el paciente para así dar fin con el dolor y sufrimiento intolerables e intratables. La muerte de Sócrates, por Jacques-Louis David (1787), en la cual se representa a Sócrates preparado para beber la cicuta, tras su condena por corromper a la junventud ateniense. La eutanasia se practicó en las