El 12 de febrero de 2018, inició el nuevo modelo de basuras de la actual Administración Distrital, en una licitación bastante cuestionada, no solo porque fiel al estilo del alcalde se privatizó el sistema, sino que dejó por fuera los más de 3.700 recicladores de Aguas de Bogotá, que no pudieron participar en el proceso de contratación y que no fue el centro del debate en el Concejo de Bogotá.
El contrato se repartió como un pastel de 4.8 billones de pesos en cinco zonas de servicio exclusivo por los próximos 8 años y que se adjudicaron a igual número de empresas, así: 1. Usaquén y Chapinero, quedó a cargo del consorcio Promoambiental Distrito. 2. Santa Fe, Candelaria, Usme, San Cristóbal y Antonio Nariño, la ganó Limpieza Metropolitana S. A. (Lime). 3. Ciudad Bolívar, Bosa, Tunjuelito y Rafael Uribe Uribe, a cargo de Ciudad Limpia. 4. Barrios Unidos y Engativá, Bogotá Limpia ESP y 5.Localidad de Suba, Área Limpia.
En el nuevo esquema se dispuso la instalación de más de 10.000 contenedores de basura, que aparecieron en el espacio público y que dada la falta de planeación en la instalación de los mismos, han generado múltiples problemáticas en la ciudad:
1. Inseguridad: expertos en seguridad afirman que estos contenedores, promueven tres tipos de delitos en la capital del país: mano blanca (Intercambio de droga y dinero), cambiazo (ropa para cambiarse luego del ilícito) y relevo (Dejar el producto del hurto para que otro lo tome). En localidades como Kennedy y Engativá, han aumentado en número de atracos al convertirse en refugio de los delincuentes, dormitorios o lugar de consumo de drogas de habitantes de calle.
2. Afectación del espacio público: el sistema de contenedores en reemplazo de las bolsas ha demostrado ser deficiente. Están diseñados para ser ubicados dentro de los edificios (fábricas, centros comerciales, hoteles) o en callejones y puertas traseras como sucede en otras capitales del mundo, no en la vía pública, ya que afean las fachadas y la estética general de la ciudad, al estar en andenes, frente a negocios, colegios y paradas de buses. En vez de ver un parque hermoso se ve un contenedor de basura que nadie limpia, criadero de ratas, cucarachas y malos olores.
3. Afectación en la tarea de reciclaje: falta de información a la ciudadanía sobre contenedores de tapa negra y tapa blanca, material aprovechable y orgánico. Los recicladores que apoyan la recolección sufren para vaciar el contenido del contenedor, debido a la gran cantidad de desechos que se acumulan en estos y no tener elevador hidráulico. (Falta de planificación, así como los nuevos buses a gas deTrasmilenio no proporcionales en su dimensión a las puertas de acceso en las estaciones para recoger pasajeros.)
El precandidato al Concejo de Bogotá Ernesto León Ibarra, propone tres soluciones:
Regresar al antiguo sistema de bolsas de basura: eliminando todos los contenedores que están en la calle. Dejar únicamente los que pueden ser guardados al interior de los edificios o en zonas que no afecten el espacio público.
Pico y placa de basura: Tener días de recolección de basura orgánica y de basura de reciclaje, no todo en un mismo momento.
Revisar el nuevo esquema privatizado de aseo: para dar mayor participación a los recicladores que fueron dejados por fuera del sistema.
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