Los centros de conservación consiguen que los linces ibéricos dejen de formar parte del grupo de animales en “peligro crítico de extinción” y aumentan el número de ejemplares multiplicando su cifra por siete en apenas 15 años.
El lince ibérico es considerado en 2002 “en peligro de extinción” en el Catálogo de Español de Especies Amenazadas, pero debido al declive progresivo, es catalogado en 2004 “en peligro crítico de extinción”. Sin embargo, gracias a los centros de conservación el número de ejemplares aumenta en gran medida.
La Lista Roja de la UICN, Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, catalogó al lince ibérico “en peligro de extinción”, pues bien, en 2002, sólo quedaban 94 ejemplares en libertad en toda la Península Ibérica. No obstante en 2004, los linces ibéricos fueron denominados “en peligro crítico de extinción”, mediante la Ley del Patrocinio Natural establecida en 2007, debido a que estaban en “riesgo inminente de extinción” a causa del declive del número de ejemplares, que surgieron, en gran medida, por los atropellos, la disminución de la población de conejos y la excesiva caza furtiva.
Debido a la situación crítica del lince ibérico, el Programa europeo Life y las Administraciones españolas crearon cuatro centros de conservación “ex situ”, es decir, fuera de su hábitat, con el propósito de aumentar el número de parejas reproductoras.
A medida que iban naciendo nuevos ejemplares y tenían la edad adulta necesaria para vivir por sí solos en libertad, los centros iban reintroduciendo los linces a las zonas donde residían anteriormente antes de que se produjera el notorio declive.
En apenas 15 años, se ha multiplicado por siete la cifra de linces ibéricos residentes en el territorio, pues bien pasaron de ser 94 ejemplares en 2004, a ser 700 ejemplares en 2019, repartidos por Andalucía, que es el territorio con más ejemplares, exactamente un tercio total, Extremadura, Castilla-La Mancha y el sur de Portugal.
Las acciones por parte de los centros de conservación no tan sólo consiguieron frenar el deterioro de linces ibéricos, sino que incentivaron su número de tal forma que consiguieron que dicha especie dejará de formar parte de la lista de animales "en peligro crítico de extinción" catalogados en 2004 por la Lista Roja. No obstante, el Ministerio del Medio Ambiente ha tomado medidas en relación a los puntos negros donde frecuentan los atropellos y al furtivismo. Pues bien, han solicitado a los ayuntamientos la incorporación de más señales de advertencia conforme hay linces ibéricos para que los conductores lo tengan en cuenta, y han aumentado de manera notoria la presencia de guardaparques para evitar acciones de furtivismo y brindar protección a dicha especie.
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