Minimalismo. ¿Más que una moda?

Vivimos en medio de un extraño proceso en que, el arte y sobre todo las corrientes artísticas, se han vuelto tan banales que se han mezclado con la estética en cuanto a la decoración de nuestros hogares hasta el punto de confundirse una cosa con la otra..

Un hogar, nuestras casas no son una obra de arte, y no hablo de su estructura ni de su forma, sino de el espacio en si, aquel que es personalizado día a día por cada uno de los habitantes de una casa. Un verdadero hogar se trata de la suma de todos aquellos recuerdos físicos y de todo aquello que nos caracteriza a todas las personas de un hogar.

Por esta razón es necesario diferenciar arte y decoración, para  poder crear hogares y no obras de arte que no nos identifican y solo sirven para exhibir y pasar el tiempo.

Cuando alguien compra una casa por primera vez y decide convertirla en su hogar, es posible que una decoración minimalista se presente como una opción válida. Pero, en la mayoría de los casos con el tiempo, vamos a llenarla de pequeñas o grandes cosas personales que son, al fin y al cabo, lo que la decorarán y convertirán en un verdadero hogar, pero que se alejaran del verdadero espíritu minimalista.

Un día compraremos un nuevo mueble, ya sea una mesita, un sillón, una silla, etc solo porque no gustará, y no sera por necesidad. Cualquier día querremos cambiar las cortinas o los cojines y los que encontremos quizá no se puedan identificar como minimalistas. Algún día alguien nos dará un regalo que desentonara totalmente con nuestro decorado pero lo querremos poner igual en la estantería mas visible o querremos llenarla de libros, cuadros, fotografías, jarrones, espejos, figuras, en fin de miles de recuerdos, que cambiarán el aspecto moderno y sencillo de nuestra casa, pero entonces será un verdadero hogar.