Teléfonos en clases ¿una buena idea?

   Día a día los jóvenes nos vamos volviendo más apegados a los aparatos tecnológicos, este es un tema muy controversial, ya que formamos una dependencia que en muchos casos no es muy sana, por lo que, prohibir el uso de estos aparatos en clase lo hace aún más irresistible, puesto que a los seres humanos nos atrae lo prohibido.

    Este uso se puede convertir en un método realmente útil en el proceso de aprendizaje de las asignaturas, sin embargo, el personal del centro considera que éstos son los principales causantes de la desconcentración y falta de motivación en las clases. La razón de la distracción en clase podría ser el uso de aplicaciones indebidas o que no cumplen con el requisito académico, pero también la falta de creatividad en las clases por parte de los profesores, en pocas palabras la enseñanza tradicional. Tal vez muchos educadores no se han dado cuenta que los tiempos han cambiado y que la tecnología es el nuevo mejor amigo de las nuevas generaciones y, que con estos instrumentos se puede dar un proceso de educación más eficaz. El hecho de tenerlo encima de la mesa y saber que se puede utilizar para la clase hace la diferencia entre prohibir y limitar su uso.

Hoy ya es imposible luchar contra el uso de redes sociales como Facebook y WhatsApp en las aulas de clases. Por esta razón, es bueno que los educadores canalicen esta herramienta y busquen distintas formas de incluir los celulares como material de apoyo en sus clases, debido a que estos aparatos pueden entregar múltiples beneficios en el proceso de enseñanza de los jóvenes pues, es una manera muy efectiva de interactuar con ellos.

Como conclusión los teléfonos en clase son una excelente herramienta, los jóvenes demandan la enseñanza de las asignaturas de forma menos convencional y es bueno saber hacer un uso adecuado de los móviles ya que están en nuestro medio día a día.  

Helena Hernández-Rocío García