Tristemente, cada vez hay más y más “fraudulentos” haciendo de las suyas sin que te des cuenta: usan tu nombre sin permiso, vacían tus cuentas, compran ese pasaje a París que tú nunca te diste permiso de comprar, votan en elecciones presidenciales por ti, sacan una nueva línea de celular o un contrato de arriendo o una tarjeta de crédito. Los ladrones de identidad son tan silenciosos que pasan desapercibidos, rompen barreras de seguridad en bancos, en locales de comercio, tanto en línea como offline, y en organizaciones de todo tipo. Se estima que diez millones de personas son víctima de robo de identidad en Estados Unidos todos los años (Your Evil Twin del autor Bob Sullivan). En Colombia, no existen estudios suficientes para determinar qué porcentaje de la población ha sido víctima de este delito, pero solo en 2018 se registraron más de 12.000 denuncias. Esto es sin contar todas esas personas que aún no saben que su identidad fue suplantada. Porque los ladrones, hacen maravillas para permanecer fuera del radar de la ley.
Son creativos, ingeniosos, recursivos y evocan emociones en sus víctimas. Estas emociones, a diferencia de las que hacen sentir muchos artistas, nunca son positivas. No conozco a la primera víctima que no haya sentido impotencia, frustración, rabia o ese sentimiento de “me vieron la cara de bobo/a” que es tan, tan difícil de sacudir.
Con esta frase no quiero de ninguna manera absolver a los ladrones. Por el contrario, quiero condenar el hecho de que canalicen su creatividad para sacar provecho de personas desprevenidas e inocentes. Me sorprende muy negativamente las marañas y piruetas que hacen para robar información. Desde aprenderse el árbol genealógico de sus víctimas con el fin de extraer sus datos personales, perseguir y acosarlas para hacer una reconstrucción de sus rutinas, clonar sus documentos de identidad y tarjetas de crédito, y otro mundo de acrobacias dignas de una película de Hollywood. Es aterrador cuánto saben estos ladrones de sus víctimas y los extremos a los que llegan para engañarlas, hacerse pasar por ellas y por último vaciar sus cuentas.
Esta web se reserva el derecho de suprimir, por cualquier razón y sin previo aviso, cualquier contenido generado en los espacios de participación en caso de que los mensajes incluyan insultos, mensajes racistas, sexistas... Tampoco se permitirán los ataques personales ni los comentarios que insistan en boicotear la labor informativa de la web, ni todos aquellos mensajes no relacionados con la noticia que se esté comentando. De no respetarse estas mínimas normas de participación este medio se verá obligado a prescindir de este foro, lamentándolo sinceramente por todos cuantos intervienen y hacen en todo momento un uso absolutamente cívico y respetuoso de la libertad de expresión.
No hay opiniones. Sé el primero en escribir.