FUENTE: LA VANGUARDIA ESPAÑA
Uno de los cuadros de la exposición de Botero en Madrid
Vuelve Fernando Botero a Madrid con sus excesos y deformaciones. Vuelve con sus colores rotundos y sus tallas grandes. Lo hace a través de una gran exposición con 67 obras de formato igualmente grande montada en las amplias salas del espacio CentroCentro que el Ayuntamiento de Madrid alberga en su sede de la plaza de Cibeles. Una alegría para la vista en estos tiempos tristones y nada fáciles para el arte.
La muestra, titulada Botero: 60 años de pintura , es una retrospectiva que en realidad recorre medio siglo de su trayectoria y se centra más bien en los últimos tres decenios del autor. E incluye algunas de los recientes trabajos que viene haciendo en acuarela sobre lienzo: la última innovación en un artista con un estilo muy marcado pero siempre abierto a “experimentar, cuestionar y reinventar sus propias barreras”, en palabras de la comisaria de la monográfica, Cristina Carrillo de Albornoz.
Exposición Botero en Madrid (Arthermisa)
La muestra, que se abre al público este viernes y hasta el 7 de febrero, se surte de préstamos de coleccionistas particulares europeos y ha sido organizada entre la empresa Arthemisia y el consistorio madrileño. El propio alcalde José Luis Martínez-Almeida la presentó ayer junto a la hija del artista colombiano, quien debido a sus 88 años de edad y pese a encontrarse “en plena forma” –según ella– no viajó a la capital española “por prudencia”
La exposición incluye piezas muy recientes de acuarela en lienzo: lo último de un artista que no para
Visitantes realizan un recorrido por la exposición 'Botero: 60 años de pintura' en el centro de Madrid (David Fernández/EFE)
“Él se dedicó a copiar a los grandes maestros del Prado para aprender todo lo que pudo de ellos. Pues fue aquí donde por fin se encontró con el gran arte, la gran pintura en los museos; algo que no existía entonces en Colombia. Y aquí le surgieron infinitas posibilidades plásticas, y especialmente el tema de la corrida de toros, tan importante en su obra”, prosigue Lina Botero. Por eso, “y aunque en aquel tiempo pasó hambre y penalidades”, la posibilidad de regresar ahora con sus pinturas a Madrid –donde ya presentó sendas exposiciones en el Reina Sofía en 1987 y en el 1994 con esculturas monumentales en el paseo de Recoletos– representa para él “una emoción enorme”.
Uno de los cuadros de la exposición de Botero en Madrid (Arthermisa)
Viene al caso hablar de la juventud de Botero no sólo porque estemos ante una retrospectiva con cuadros suyos desde el año 1967 ( Ecce Homo ) –y hasta el año pasado, con ocho acuarelas de temas variados–, sino por la importancia que la adolescencia y la infancia tienen en toda la producción del artista de Medellín. “Los recuerdos de cuando era niño o muy joven forman el núcleo de la obra de mi padre”, explica la hija. Aunque esto ya lo dejó escrito él mismo: “Mi pintura refleja un mundo que conocí durante mi juventud. Es una especie de nostalgia u obsesión que he convertido en el tema central de mi trabajo”.
Los 67 cuadros colgados en CentroCentro son una muestra generosa del arte pictórico de Botero. Sobre todo teniendo en cuenta el tamaño de las telas –casi siempre de más de 150 X 100 centímetros y en muchos casos superiores a los 200 X 150–, y las especiales dificultades para mover las piezas bajo las restricciones debidas a la pandemia. Pero el colombiano siempre fue un creador prolífico, y el conjunto de su producción consta de unos 3.000 óleos, algo más de 200 esculturas y alrededor de 12.000 dibujos a lápiz, carboncillo, pastel y sanguina.
Exposición Botero en Madrid (Arthermisa)
“Él nunca ha parado de trabajar”, continúa Lina Botero. Y recuerda cómo empezó a cultivar el tema del circo durante su mes de teóricas vacaciones. Fue hace 14 años en Zihuatanejo, un pueblo de pescadores en la costa pacífica de México. Una farándula ambulante atravesó la localidad en procesión para anunciar su llegada y próximas funciones. “Recuerdo que era un circo muy humilde pero muy bello. Mi padre quedó fascinado y enseguida se puso a dibujar figuras de los miembros de la compañía que luego convertiría en grandes óleos”.
Diez de aquellas pinturas, ejecutadas entre los años 2007 y 2008, conforman una de las siete secciones de la muestra de Madrid (“Circo”). Hay en ella, por supuesto, retratos de payasos, trapecistas, músicos, un contorsionista... Todos ellos con una cierta expresión de tristeza que choca con los vivos colores en que están pintados. Y todos en acción, como corresponde a su naturaleza, pero “con la serenidad y la estática propias de los personajes boterianos”, subraya la comisaria. La visión del desfile en Zihuatanejo llevó a Botero –añade– a “una profunda reflexión sobre el circo en tanto que tema artístico universal” tratado por maestros de gran impacto en su obra, como Picasso, Degas, Renoir, Matisse o Seurat.
Exposición Botero en Madrid (1996-98 AccuSoft Inc., All rights reserved/Arthermisa)
Si la infancia es la columna vertebral del relato artístico de Botero, Colombia en particular y el sur de América en general son su asiento principal. De ahí que el repaso expositivo en Madrid se abra con la sección llamada “Vida latinoamericana”, formada por óleos de entre 1989 y 2006 como Bailarina en la barra, Mujer sentada, El baño, El final de la fiesta o el díptico El presidente y La primera dama , esta última adscrita a su serie de pinturas sobre políticos, militares y obispos.
Otro de los espacios de la muestra se dedica a la “Religión”, entendida como “excusa para explorar pictóricamente las situaciones, las formas, los colores, el vestuario y el mundo plástico y poético del clero, con humor y sátira”, según la comisaria. Las otras secciones son: “Versiones”, con las pinturas que hizo en homenaje a los grandes maestros de la historia del arte, como Velázquez, Piero della Francesca, Jan van Eyck o Rubens; “Naturaleza muerta”, donde unas Flores , una Pera o unas Piñas le sirven para explorar lo que llama “la naturalidad de la deformación”; “La corrida”, nutrida con escenas o simples figuras humanas y animales de la fiesta; y “Acuarelas sobre lienzo”, con esas ocho piezas recientes sobre temas que antes había tocado al óleo, como Carnaval, Guitarrista o Familia. No es todo Botero pero sí Botero a lo grande, como en él corresponde.
Esta web se reserva el derecho de suprimir, por cualquier razón y sin previo aviso, cualquier contenido generado en los espacios de participación en caso de que los mensajes incluyan insultos, mensajes racistas, sexistas... Tampoco se permitirán los ataques personales ni los comentarios que insistan en boicotear la labor informativa de la web, ni todos aquellos mensajes no relacionados con la noticia que se esté comentando. De no respetarse estas mínimas normas de participación este medio se verá obligado a prescindir de este foro, lamentándolo sinceramente por todos cuantos intervienen y hacen en todo momento un uso absolutamente cívico y respetuoso de la libertad de expresión.
No hay opiniones. Sé el primero en escribir.