Reapareció en Las Yungas una especie que se creía extinta en Tucumán
Expertos de la Fundación Proyungas se llevaron “una agradable sorpresa” cuando instalaron trampas cámaras en los campos de la citrícola San Miguel.
LRT809 Elite FM 101.5 & Online | 26 ene 2018
Las yungas es la ecoregión que alberga la mayor variedad de flora y fauna de nuestro país.
Quizá porque sea una especie casi amenazada a nivel internacional y en peligro a nivel nacional.
O porque sus hábitos nocturnos los lleven a pasar desapercibidos en medio de los ríos y la espesura de las yungas.
Lo cierto es que después de varias décadas sin registro alguno, el Lobito de Río reapareció en las yungas tucumanas para sorpresa de los expertos que trabajan en preservación.
Imagen gentileza de Proyungas
El hallazgo se produjo en las propiedades de la citrícola San Miguel, más precisamente en la finca Caspichango, ubicada aproximadamente a 13 kilómetros al este de Famaillá.
El primer registro tuvo lugar en septiembre de 2015 en los parches de yungas que se intersectan con las plantaciones de citrus.
Pero luego se registraron nuevas apariciones en julio y agosto de 2016 gracias a las trampas cámaras HD instaladas por expertos de la Fundación Proyungas.
La aparición del lobito, también llamado nutria de río, fue celebrada por la comunidad científica abocada a la conservación de esta ecoregión debido a la escasez de información sobre la especie pero también porque las imágenes fueron captadas en el límite sur de las yungas, una zona con problemas de conservación, fuertemente modificada en los últimos años.
En un trabajo aprobado en 2017 que lleva la firma de Sebastián Albanesi y Alejandro Brown de Proyungas, Pablo Jayat y Paola Alberti de la Universidad Nacional de Tucuman se explica que: “El lobito de río, Lontra Longicaudis por su nombre científico, presenta escasos registros de distribución en el noroeste argentino, la mayoría antiguos, imprecisos o provenientes de menciones no confirmadas”.
En nuestra provincia, de hecho, las pocas menciones corresponden a especímenes depositados en museos y considerados históricos, de tal modo que los registros actuales de esta especie están mayormente restringidos a comentarios de pobladores.
“Ciertamente que su aparición fue una agradable sorpresa” sostuvo Brown.
El presidente de Proyungas añadió que la fecha de la aparición pasó a ser anecdótica en relación con la importancia del hallazgo que permite a los especialistas estudiar más sobre esta especie similar a una nutria que se establece en zonas ribereñas y que presenta hábitos nocturnos.
“Se trata de un animal en peligro por su estado poblacional, en un momento fue muy cazado debido a que el precio de la piel estaba muy alto. Por otro lado las poblaciones ligadas a los ríos en general son muy vulnerables porque en las cercanías de los cursos de agua se instalan diferentes actividades, desde viviendas particulares hasta emprendimientos ganaderos o pesqueros que las van ahuyentando” argumentó el especialista, quien sostuvo que en todo el país es “un bicho raro, porque es escaso”.
Brown destacó que las apariciones se vienen dando de manera sistemática desde el primer muestreo.
“No fue un sola vez, de manera que podemos pensar que hay algunos individuos establecidos aunque todavía no sabemos de cuántos estamos hablando”, apuntó.
Al mismo tiempo indicó que hay especies que aportan indicios que las hacen más fáciles de detectar, como los tigres por su patrón de manchas único y otras, como el lobito, en las que se torna dificultoso saber si los ejemplares que pasan por las trampas cámaras son los mismos o distintos cada vez.
Hasta el momento todas fotografías y las filmaciones tomadas por las cámaras, preparadas para tomar imágenes cuando pasa un animal de sangre caliente, evidencian que los lobitos que viven en territorio tucumano siempre están localizados en la misma zona de arroyos.
“Tenemos que monitorear otras cuencas cercanas para estudiar si el lobito está exclusivamente ahí o también en otras sectores para determinar si existen otras poblaciones”, adelantó el representante de Proyungas, fundación que promueve el programa "Paisajes Productivos Protegidos” para integrar la producción con un modelo de conservación de la biodiversidad y los servicios del ecosistema.
En este marco, en las propiedades de la firma San Miguel relevadas, se han detectado 20 especies de mamíferos pertenecientes a 7 órdenes y 12 familias.
Hasta el momento se registraron 84 especies de aves que pertenecen a 18 órdenes y 32 familias.
Según los estudios realizados el 81% de las especies registradas son residentes, es decir, la mayor parte de sus poblaciones permanecen todo el año en el área de relevamiento.
“Cuando salimos a la naturaleza, la mayoría de las cosas escapan de nuestra vista.
Tengamos en cuenta que hablamos de bichos muy escasos, nocturnos, asociados con el agua, muy difíciles de verlos. En estos casos las cámaras ofrecen una ayuda inmejorable que nos pueden ayudar a encontrar los lobitos en otros sitios”, sintetizó para graficar la importancia de la tecnología y del involucramiento del sector productivo, en lo relativo a recursos y logística, en el cuidado del medioambiente.
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