MAESTROS EN BOLIVIA AVANZAN HACIA LA REVOLUCIÓN EDUCATIVA

En esta jornada se conmemora un aniversario más del día del maestro y la maestra instaurado en nuestro país,  en fecha 6 de Junio  por Decreto Supremo promulgado el 24 de Mayo de 1924, durante el gobierno de Bautista Saavedra. La Fecha es asociada a la fundación de la primera Escuela Normal de Profesores y preceptores de la República, en 1909 en la ciudad de Sucre. Transcurrido 94 años  en nuestro país esta fecha se celebra con connotaciones de relevancia en las diferentes Unidades Educativas, sin embargo, nos preguntamos ¿Cómo transita el o la maestra, hacia los desafío que plantea la revolución educativa que nuestro país encara?.

A lo largo de la historia de Bolivia  y hasta antes de la inicio del proceso de cambio la educación así como todas las normativas  estaban condicionadas a las políticas económicas y de carácter político de los contextos  particulares, en ese sentido que se caracterizaban por ser modelos educativos en las que las y los estudiantes  eran solo receptores de conocimiento,  para reproducir   y responder a las expectativas que el sistema capitalista tenia de ellos y ellas y de esa forma mantener sus estructuras de dominación, a esto se suma que por muchos años la educación bajo estas connotaciones era solo privilegio de unos pocos y nos así de las grandes mayorías de pueblos indígenas, originarios, y  campesinos de nuestro país.

Unos de los aspectos que constata lo planteado es señalado por Noel  Aguirre, Viceministro de Educación Alternativa y Especial; “Dado en el periodo  neoliberal vigente de 1985 y 2005, y en torno a este modelo en 1994 se da lo que es considerado como la Ley de Reforma Educativa Nº1565, lo quiere decir que todas las reformas y cambio en la educación, estuvieron marcados siempre por corrientes externas, que  ponían por un lado a la educación y por  otro lo económico y lo productivo, es decir la educación estaba controlada por ciertos expertos, pero esos expertos, no recogían la mirada de lo nacional, sino más bien corrientes y teorías del exterior”, señaló.

Como respuesta a este contexto y a partir del proceso de transformación que nuestro país encara, es que desde los propios maestra y maestros, a través de diversos congresos educativos desde el 2006 hasta el 2010  se consensua con diferentes sectores La Ley Educativa Avelino Siñani y Elizardo Pérez, mediante diálogos y encuentros que conllevaban a hablar porque era importante una educación  descolonizadora, despatriarcalizadora, revolucionaria y productiva.

La Ley Educativa lleva el Nombre de Avelino Siñani y Elizardo Pérez, porque en 1931 ambos indígenas que también eran educadors  fundaron la Escuela Ayllu de Warisata, que se constituye en el hecho histórico más importante desde un análisis del proceso de Lucha por la educación indígena, Warisata es doblemente importante por reflejar un esfuerzo de resistencia a las formas de Colonialismo de ese entonces.

A partir de lo establecido en esta Ley, la educación se constituye en función suprema, y responsabilidad  financiera primera del estado, además de que establece que todas persona tiene derechos a recibir educación, universal, productiva, integral, gratuita, intercultural y sin discriminación, es así que el primer mandato de esta normativa es la educación para todos, el segundo mandato, es que debe ser una educación democrática, plural e inclusiva y el tercer  mandato; es que recoge las mejores experiencia de Bolivia, como la Escuela Ayllu de Warista como un componente de escuela para la  vida.

El modelo que plantea nuestra actual Ley Educativa, es el “Socio comunitario productivo”, misma que está sustentado en el hecho social, y está basado en principios y valores de  todas las culturas,  y es productiva en el sentido de la creación material, intelectual es a partir de la tierra, el contexto y territorio, así como los principios filosóficos que tiene nuestra Constitución Política del Estado.

Otro sustento importante de la Ley, es la concepción de las dimensiones vivenciales del Ser Humano, el SER; vinculado a los  valores y principios, y la espiritualidad, el SABER; la teoría  y el conocimiento, el DECIDIR; poder político y organización, el HACER; la práctica y producción.

Los maestros pueden contribuir al cambio y ellos mismos cambiar desde su propia práctica

Ante este desafió las y los maestros se constituyen en un pilar importante para avanzar a esta revolución, dentro del nuevo modelo educativo el maestro,  es el creador, investigador, es el que va viendo su práctica y generando nuevas, por eso a partir de la Ley  se crea el Programa de Formación Complementaria para maestros en ejercicio que dura dos años, y de la cual  ya se beneficiaron miles de maestras y maestros.

Por su parte la maestra Beatriz Vaca, indica que este modelo educativo,  recogen varias aportes de los propios maestros y maestros, aportes que se debatían hace varios años atrás, por lo que el rol que jugó el maestro y la maestra para la construcción de esta ley  fue de vital importancia.

“los maestros somos como albañiles que construimos una casa ladrillo a ladrillo y con este nuevo modelo tenemos  un rol importante que necesita que nos esforcemos, para estar a la altura del desafío, para ayudar a resolver los problemas, que tienen las comunidades urbanas, rurales, indígenas, y producir conocimiento, producir alimento, producir tecnología, recuperando lo que se tiene, y así proyectarnos como un nuevo país y un nuevo estado, porque la base del cambio es la educación y ahí los maestros tenemos una tarea muy grande para impulsar estas transformaciones”, señaló Vaca.

De esta manera es importante desatacar que las y los maestros  han formado parte y  aun son parte de la revolución educativa que nuestro país encara, reafirmando los ideales de Warisata que fue una educación de resistencia y hoy es política pública descolonizador,  despatriarcalizadora y transformadora.