Carlos Antonio Zambrano Burbano 1
A propósito del proceso electoral que se desarrolla el día 11 de marzo de 2018 en Colombia, en el que se elige un nuevo Congreso, surge una serie de inquietudes. En el presente texto se intentará dar una opinión y asumir una posición crítica frente a los procesos electorales que se desarrollan en países que disfrutan de una “democracia”, es decir, donde se puede elegir y ser elegido.
Colombia, país que cuenta con una capital (Bogotá) que fue catalogada por allá a finales del siglo XIX como la “Atenas suramericana”2, por ser el país con la “democracia” más antigua del continente, dizque por no tener una o varias dictaduras como si la tuvieron los países del Cono Sur u otros países del continente. País en el que en los últimos 45 años, una persona es víctima de desaparición forzada cada ocho horas3; es por ello que es necesario re pensar si en verdad Colombia es una democracia, o solo es una dictadura perfecta con apariencia de democracia.
Causa mucha curiosidad que en el día de las elecciones para Cámara y Senado de Colombia, a los electores se les olvide o no recuerden la historia de su país, muy a pesar de que muchos de ellos han vivido en carne y hueso muchos sucesos trágicos. Solo basta recordar rápidamente los partidos políticos que históricamente han gobernado, por un lado el partido conservador y por el otro el liberal, que desde el siglo XIX y durante el siglo XX se confrontaron militarmente para controlar el poder. Las principales víctimas de estas confrontaciones, fueron campesinos e indígenas ubicados en la zona rural, mientras que las élites gobernaban tranquilamente, hasta llegar al Frente Nacional, periodo que duró 16 años y en el que se repartieron el poder para gobernar cada partido por 4 años; ambos en la actualidad, ya no tiene el control directo del Estado, pero todavía se percibe cierto control político en regiones alejadas del centro del país, esas mismas regiones que han sufrido el conflicto armado en carne propia.
Lo indignante del desconocimiento de la historia del país, es que se sigue eligiendo a miembros de estos partidos, pero aquí cabe hacer un alto, debido a que no es una cuestión de líderes o partidos políticos, sino del proceso electoral colombiano en sí, que se realiza como algo normal, sin tener en cuenta que llevamos más de doscientos años de vida republicana haciendo uso del voto, sin embargo las condiciones de vida para la gran mayoría de la población no mejoran; mientras que la vida de las personas que son elegidas cambia radicalmente, tienen buenos autos, viajan por diferentes partes del mundo, su comida es a la carta con platillos exquisitos de otros países, etc., es por esto que resulta difícil pensar que a partir de la elección popular de algún candidato al Senado o Cámara de Representantes la situación económica, y social de las personas vaya a cambiar.
La democracia liberal que tenemos en nuestro país, ha hecho pensar a las mayorías que la única solución para nuestros problemas, es elegir a un líder que represente nuestros intereses, pero, no debe olvidarse que esos líderes que han mostrado cierto interés en representar al pueblo han sido asesinados, por mencionar solo el caso de Jorge Eliecer Gaitán, que fue asesinado en abril de 1948. A partir de ese momento se desató la violencia en Colombia, pero así como Gaitán han existido otros líderes que han sido la esperanza del pueblo, pero corrieron la misma suerte. En ese orden de ideas, es necesario re plantear ese escenario representativo o esa democracia representativa que tenemos, plantear otras alternativas a ese modelo, donde ya no existan ni líderes ni partidos que encaminen o representen los intereses del pueblo, sino que sea el pueblo el que se organice y encamine la lucha por un país y mundo radicalmente diferente.
La tarea de organizar al pueblo comenzó hace mucho tiempo, desde la Comuna de París de 1848 donde participo Marx, y las revoluciones obreras y campesinas del siglo XX en Rusia, China, Cuba, Vietnam y Nicaragua. Pero todos estos acontecimientos no han servido de ejemplo para Colombia, lo que encontramos es una propagación de ideas contrarias a la organización del pueblo, y lo más grave es que han calado en el imaginario de la población, muchos piensan y están convencidos que no es posible alterar el orden establecido, es decir, que no es posible tener una democracia distinta o un sistema político y económico diferente; y es ahí donde resulta necesario potenciar la educación del pueblo, pero no me refiero al acceso al sistema educativo estatal, sino a una educación más amplia que permita la discusión, la crítica, el debate y proponga caminos distintos a los trazados hasta el momento, que muestre alternativas al modelo económico y político existente.
Hasta el momento existen propuestas muy interesante de organización popular, cada una con matices diferentes, lo que urge es encontrar puntos de encuentro y a partir de ahí comenzar a construir algo distinto; mientras tanto es necesario que este tipo de propuestas lleguen a esos sectores donde la política es entendida de forma contraria, es decir, a lugares donde se piensa que la política solo se resume a un voto en las urnas y que a cambio me regalen una teja de zinc, eternit o un tamal. Urge cambiar esta forma de entender la política, ya que es una de las responsables de que cada cuatro años se sigan eligiendo a personas que no representan los intereses de las mayorías. A medida que el pueblo se forme políticamente, encontraremos que esas prácticas que ahora se ven como normales, tales como vender o regalar el voto, van a pasar a un segundo plano.
En el eventual escenario de elecciones a Congreso que se presenta el día de hoy, no esperemos grandes cambios, como ya lo han señalado algunos medios de comunicación alternativos, hay diez familias con mucho poder económico que son dueñas del 35% del Congreso4, con ese panorama sería ingenuo pensar que la situación económica, política y social de la población vaya a mejorar con estas elecciones, y eso sin sumar los fraudes, compra de votos y demás actos que se presentan en nuestra dichosa “democracia”.
“Si votar sirviera para cambiar algo, ya estaría prohibido”
Eduardo Galeano
1 Historiador de la Universidad del Tolima
2 Para mayor información se puede consultar: https://www.elespectador.com/opinion/bogota-la-atenas-suramericana-columna-575491
3 El País, según el Centro Nacional de Memoria Histórica, es dueño de una cifra escalofriante, pues cuenta con 60.630 personas víctimas de desaparición forzada, superando así el resultado de la suma de las víctimas de las dictaduras de Argentina, Chile y Uruguay, según datos oficiales. http://pacifista.co/colombia-tiene-mas-desaparecidos-que-todas-las-dictaduras-del-cono-sur.
4 El informe se puede consultar en el siguiente link: https://voces.com.co/informe-10-familias-en-todo-el-pais-son-las-duenas-del-35-del-congreso/
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