Violencia Doméstica (Franz Julio Mercado)

Todos los días, vemos o somos cómplices silenciosos de la violencia domestica, o peor en una de esas, seremos autores de la misma.

Sin embargo, la cantidad de denuncias en instancias policiales y judiciales, no reflejan las permanentes denuncias de Redes de Protección a la Mujer, Instituciones que velan por la protección de derechos de las mujeres, niños y niñas, que pasan en nuestra sociedad, la pregunta es ¿POR QUE?

Cuando uno es abogado ve casos que hasta parecen risibles, puesto que de una mujer golpeada, abusada, que llega a pedir asesoramiento legal un día lunes, un día jueves cuando debe presentar la denuncia ante instancias fiscales, llega una mujer distinta, amable, protectora de su familia y de su agresor. Una vez, un abogado con el que empecé a trabajar en materia familiar, después de oír a una mujer sobre lo sucedido en su hogar, me vio empezar con mucho ímpetu a realizar el borrador de la querella para que esa persona venga a firmar para presentarla lo más antes posible, me miro y dijo: “Te apuesto la mitad de tu porcentaje de lo que hagas en la semana, a que no presentaremos la denuncia” le refute y realice la contra oferta, de que si la persona volvía, todo lo que nos iba a pagar seria todo mío, propuesta aceptada. Hasta hoy me dice, que le debo las impresiones de aquel borrador de querella.

Sin  embargo, esto no puede ser un efecto simple, por ello basado en la atención de varios casos en materia familiar y gracias a publicaciones del Colegio Mexicano de Criminólogos, tal vez podamos explicar el fenómeno que ocurre constantemente.

Ciclo de la Violencia Domestica

Muchas veces la víctima de la violencia doméstica siente que es la única que está siendo abusada, hay que dejarles claro que eso no es cierto, el abuso ocurre a las personas de todas las procedencias y en todos los vecindarios. La violencia doméstica es una realidad sufrida diariamente por un sinnúmero de personas. La mayor parte del tiempo, el abuso no ocurre en forma continua, sino en ciclos. Ósea cesa un momento, pero retorna muchas veces con mayor violencia, e incluso causando daños físicos y morales irreparables e incluso la muerte de la victima.

La comprensión del ciclo de violencia es el primer paso que se toma para romperlo, este tiene cuatro fases:

I. Acumulación:

1.   Alguna tensión (por ejemplo: el trabajo, el dinero o las cuentas por pagar) inician esta parte del ciclo.

La tensión causa que el abusador se sienta impotente. No puede enfrentar el problema, no se siente capaz de poder resolverlo y eso le causa una acumulación de negativismo, que lo hunden en un abismo. El abusador elige reaccionar contra la esposa o compañera con el abuso verbal, insultos y acusaciones. El abusador siempre busca a la persona más débil, si es el sustento de la familia, buscara en la esposa un escape o en los hijos.

2.   En la medida en que aumenta la tensión, la víctima intenta calmar al abusador y adelantarse a todo lo que él/ella pueda desear. Para evitar el conflicto, la víctima se predispone a poder sobrellevar al abusador, por lo que se trata de que todo sea de su agrado.

3.   La tensión se hace insoportable… como “caminar en puntillas”. Sin embargo todo este esfuerzo no es comprendido por el abusador, que buscara cualquier excusa, para infringir violencia.

II. Reacción:

1.   La tensión acumulada causa abusos verbales graves, ataques físicos o sexuales violentos.

Lo que comúnmente se señalaba como reacción por emoción violenta, o cuando se dice: No estaba en mis cabales, perdí la cabeza, borracho estaba…Sin embargo, el abuso, la violencia ya fue infringida a la victima directa y a las victimas indirectas que son los hijos.

2.   Puede ocurrir una vez o varias veces, continuo o discontinuo. La violencia no cesa después de haber sido realizada, ya que el agresor puede dar un tiempo a la victima para una recuperación, pero al poco tiempo realiza nuevamente acciones para infringir violencia.

3.   El abuso siempre es intencional y nunca es accidental. Se ataca los puntos más vulnerables de la víctima.

Si bien el agresor puede provocar una lesión que no estaba en su intención principal, si tenía la intención de causar daño. “Se me fue la mano”, esta afirmación y otras se escucha en recintos policiales, tantas veces, que los funcionarios ya ni las escuchan.

4.   La motivación detrás de cualquier tipo de abuso es herir, humillar o tener poder y control sobre una persona.

A veces, para consuelo del abusador busca la denigración de la víctima, como un aliciente a su baja autoestima o simplemente a su condición de ser el más fuerte.

III. Racionalización/justificación:

1. En esta fase el abusador usa mecanismos de defensa como culpar a los demás o minimizar la violencia.

Nunca fue culpa del abusador, cualquier excusa servirá al truhán, para poder justificar haber ejercido violencia, además que sus actos, pueden ser considerados de rabieta, pero nunca de violencia.

1. Los mecanismos de defensa se utilizan para quitar la culpa del abusador y hacerlo(a) sentir mejor. 

Ya con una justificación en su cabeza de lo que hizo, se auto convence que no hizo nada malo, que es justificado su reacción, había que poner un alto, había que realizar estos actos.

1. El abusador define el abuso e interpreta las cosas “como realmente son”. La pareja abusada empieza a creer esta interpretación.

Convencido de que su acto “no fue nada”, busca en la victima el convencimiento de que a fin de cuentas es algo que pasa comúnmente y que además fue “por única vez” o “ultima vez”. Sola, desamparada, y con la carga social de mantener una familia unida frente a la sociedad, la víctima, empieza a creer lo que dice el abusador.

IV. Simulación de normalidad:

1. Cuando se ha establecido el paso de racionalización/justificación, ambos miembros de la pareja intentan continuar la relación normalmente fingiendo que todo está bien. Sin embargo, el ciclo de abuso continuará si no se tratan los problemas que tiene la pareja.

El respeto de la victima sobre su misma persona es fundamental en este punto. Es cierto que una persona o abusador puede cambiar, los sociólogos dirían que si, pero cambiara para mejorar o empeorar? Esa es la pregunta.