El hombre acaba con la vida animal: Realidad que rechazamos o simplemente ignoramos

El maltrato animal es uno de los principales problemas que afecta al planeta, pero la humanidad no lo manifiesta ya que este maltrato en muchas ocasiones nos favorece. Empezando por la industria avícola que nosotros mismos patrocinamos, y las cuales presuntamente inyectan hormonas a estos animales. También están las empresas de lácteos, que realizan el mismo procedimiento, pero en este caso para que las vacas produzcan leche con mayor frecuencia.

El individuo del común parece no tener la conciencia suficiente para darse cuenta que, además del daño que causa a su propio organismo consumiendo estas hormonas, contribuye a la contaminación del planeta a causa de los desechos producto de los procesos químicos que se derivan de estas industrias.  Su egoísmo por suplir sus deseos, es mayor que el interés por preservar el hogar de todos.

Este es tan solo uno de los más comunes ejemplos de maltrato animal, porque en la cotidianidad, aun en pleno siglo XXI,  vemos como los toros son utilizados como elemento de atracción para el hombre, quien no tiene mayor reparo en torturar al animal, insertando sobre su lomo una cantidad importante de “banderillas”, que no son más que objetos contundentes y cortopunzantes que provocan una lenta agonía en el toro al desangrarlo entre aplausos de los espectadores.

Se dice que el ser humano tiene la capacidad de razonar, pero si razonara se daría cuenta que el dolor no es una condición exclusivamente humana y que los animales son perceptibles a esta sensación. La invitación es, entonces, a que abramos los ojos y rechacemos lo que ocurre a nuestro alrededor respecto al maltrato animal; por que llegará un día en que muchos de los animales que conocemos, se extingan y con ellos nuestra condición humana: la capacidad de discernir y demostrar de manera categórica, sentimientos y compasión.  

Javier Porras

Curso 1001 JM