Sergio Fernández estaba peleando para que su hijo de siete años estuviera bien atendido y no corriera peligro. Lo logró hace solo cuatro días, pero no ha servido para salvar la vida del niño. Su exmujer Ana María mató ayer al pequeño estrangulándolo con una cinta en la casa de Huércal (Almería) en la que vivían y condujo con el cuerpo más de 40 kilómetros hasta Las Norias de Daza. El pasado día siete la magistrada del Juzgado de Violencia sobre la Mujer de Almería dictó una sentencia en la que atribuía la guarda y custodia del niño a su padre. La resolución estaba en «trámite de notificación» cuando ocurrió el crimen, según ha confirmado el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía.
La vista para cambiar las medidas se celebró el pasado viernes, hace justo una semana, como informó ABC. El 6 de septiembre Sergio Fernández había presentado una demanda para que se modificaran las medidas acordadas el 23 de enero de 2018 y se le concediera a él la guarda y custodia. Había alegado que su exmujer, la madre del pequeño, no estaba cuidando de foma diligente de su hijo que apenas asistía al colegio ni comía de forma adecuada. Hasta ese momento, el niño estaba con él de jueves a domingo en semanas alternas y las tardes y noches del jueves el resto de semanas al mes. A la espera de esa notificación, ayer por la tarde el pequeño tendría que haber ido con su padre. Ana María lo sabía y quería impedirlo a toda costa.
El crimen de la criatura ha estado precedido por una travesía judicial de más de dos años en los que, según fuentes del entorno familiar, Ana María, de 38 años, se había ido deteriorando y encerrando en su mundo descuidando al niño cuando no maltratándolo, según denuncian. Fue ella la que denunció a su marido por malos tratos el 5 de abril de 2017. La juez le concedió una orden de protección al observar indicios de delito ese mismo día y le atribuyó de forma provisional el uso de la vivienda familiar en Huércal, así como la guarda y custodia del niño.
Acabada la instrucción, el procedimiento recayó en el Juzgado de lo Penal 4 de Almería que absolvió al padre en febrero de 2019. Los progenitores habían llegado poco antes a un acuerdo y, en el ámbito civil, el Juzgado de Violencia que había dictado las medidas cautelares concedió la guarda y custodia a la madre el 23 de enero, con el citado régimen de visitas al padre.
Pero nada mejoró, según ha denunciado la familia. Ana María estaba obsesionada con su pareja, quería volver con Sergio a toda costa, le llamaba y le pedía que retomaran su relación. Mientras, los vecinos veían cómo estaba a altas horas de la noche con el niño en la calle, hiciera frío o calor, cómo le reñía y le decía a todo el que la quería oír que no consentiría que le quitaran a su hijo.
«Cuando su madre venía a recogerlo, no quería irse con ella», ha contado el padre a «Ideal». «Mi hijo me mandaba mensajes pidiendo auxilio». Asegura que a ella le diagnosticaron en 2012 una enfermedad mental y que no estaba capacitada para cuidar al pequeño. Hace un mes Fernández decidió poner fin a la situación y pidió la custodia. La Justicia no llegó a tiempo de evitar el crimen.
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