En Huancayo se encuentra, un lugar donde hacen cerámica de manera tradicional como lo hacían nuestros ancestros.
A unos cuantos kilómetros de la plaza de armas de Huancayo se encuentra, un pueblo llamado Quilca que tiene a sus mayores exponentes de la cerámica tradicional como lo es Modesto Meza Contreras quien parte de su vida se ha dedicado a moldear el barro de los Apus convirtiéndolos en arte con su esposa Nelly Beltrán. Nada lo ha impedido a continuar con su trabajo majestuoso es como nos comenta: “El cáncer al Colón no ha podido conmigo sigue mi lucha vigente por conservar lo que mis abuelos me han enseñado”.
De esa manera, el busca que su lucha no sea en vano quiere preservar lo aprehendido dice lo siguiente: “Mis 4 hijos saben cómo se hace este arte, pero, dudo que lo apliquen a futuro ya que cuentan con una carrera. Es por eso, que abrí talleres para niños y adolescentes para que puedan conmoverse con pulir el barro”
Mientras, pinta parte de su majestuosidad a lado de su amada esposa. Quien acata lo consiguiente: “Ha sido muy difícil continuar con lo que nos gusta debido, a que mi esposo enfermo no he podido mantener una casa”. Nos refleja la poca economía que se gana en este trabajo.
Modesto, un pobre hombre que se puede sostener hace maravillas con sus manos cuando, pone el barro en el molde y luego, en el fuego. Horas después, se ve el producto final las esculturas que representan a una Sierra escondida que clama que su tradición siga viva entre ellos, personajes andinos, paisajes, animales, festividades. Al final, agarra sus pinceles con colores significativos y empieza a darle vida a cada personaje.
Nada detiene a esta pareja de esposos es como lo menciona Nelly “Mi esposo está en la tercera fase del cáncer. Lo hemos intentado para evitarlo, pero, esta enfermedad lo está consumiendo y ya no hay nada que se pueda hacer solo que el disfrute lo que realmente lo mantiene vivo.” Con lágrimas en sus ojos trata de reflejar una sonrisa para que su querido no sienta su pena.
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