Todo en su justa medida es bueno

No todo el mundo avanza a la velocidad a la que lo hace la tecnología, debido a  que hay una amplia población mayor y son pocos los que quieren aprender. En cambio son los más jóvenes los que avanzan a la misma velocidad, para darnos cuenta de ello tan solo tenemos que salir a la calle y fijarnos en los niños en los que podremos apreciar que todos cuentan con un dispositivo móvil u otros instrumentos.

Los avances tecnológicos son siempre necesarios porque necesitamos evolucionar sobre los que tenemos, pero, ¿hasta qué extremo?. Por ejemplo, la evolución tecnológica en la medicina es muy importante puesto que ayuda a identificar enfermedades de manera rápida y precisa, e incluso ayuda a mejorar el cuidado de las personas y  permite el descubrimiento de nuevas soluciones para enfermedades raras.

Cada día sale al mercado un nuevo invento tecnológico al que nosotros solemos adaptarnos ya que hará que vivamos con mayor comodidad. Pero son a veces estos avances los que nos crean problemas a nosotros mismos, como puede ser al adicción al móvil, falta de empleo para las personas debido a la robotización, explotación a personas  para conseguir materiales con el fin de poder fabricar estas herramientas a el menor coste posible.

Es por eso que deberíamos parar a pensar si es realmente bueno avanzar a tanta velocidad en algunos ámbitos, sobre todos en los de nuestra vida cotidiana. No por ello hay que dejar de avanzar pero sí que deberíamos hacerlos con más conciencia , porque todo en su justa medida es bueno.