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Carlos esperó a su exnovia Judith la noche del sábado en la entrada de su aparcamiento subterráneo. Este está situado en Terrasa (Barcelona). El 17 de enero, viernes después de haber estado de mosso d’esquadra estuvo esperando a la joven en la puerta del aparcamiento. Cuando llego y entro, el sujeto la persiguió por la rampa a pie. Poco después Carlos cogió la arma reglamentaria del cuerpo y le pegó un tiro en la cabeza. Y al instante el se suicidó. Fue un vecino quien avisó a la policía y a la mañana siguiente los mossos d’Escuadra aseguraron que se trataba de un crimen machista.
Judith y Carlos llevaban un tiempo siendo pareja, pero hacía unos meses que lo habían dejado, y la chica volvió a vivir en casa de su madre la cual vive en la avenida Madrid, a las afueras. Ella tenía 29 años y hacía prácticas de enfermería en cambio el pasaba de los 40.
El entorno de la víctima apunta que el asesino no aceptaba la ruptura. “La llamaba millones de veces y la perseguía allá donde iba. Al Mercadona, al hospital… allá donde fuera”, explica un familiar. “Carlos era reservado, no hablaba mucho”, añade una tía, “y era muy celoso, mucho”. Se conocieron en la boda del hermano de el y la prima de la víctima. Era una relación muy variable, lo dejaban y volvian. Pero la familia de Judith afirma que esta era la definitiva. “Ahora no estaban juntos. Carlos quería que volvieran, pero ella no” explica un familiar. El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña confirma que no consta ninguna denuncia de la mujer,ni antecedentes judiciales de violencia sobre el asesino.
Judith tenía ganas de cambiar, primitivamente trabajaba en distintos centros de belleza, pero cambió hace menos de un año a ha hacer prácticas en el hospital de Taulí como auxiliar. También se había planteado entrar en el cuerpo de mossos d’esquadra. “Quería comerse el mundo y tenía mucha personalidad”, añade. Una compañera de estudios coincide: “Era muy jovial y alegre; ahora tenía ganas de viajar”.
Muchas de las personas que conocían a Judith se juntaron en la plaza de Ayuntamiento de Terrassa para velar por su muerte. “El machismo explica tanta insensatez. Menosprecia a las mujeres; no las ve como a iguales, sino como posesiones; y que no quiere que tomen decisiones propias”, expresó el alcalde de Terrassa, Jordi Ballart. “El machismo destroza familias y se lleva vidas. Tenemos que posicionarnos en contra de las relaciones abusivas y ser activistas del respeto”.
Este es el tercer asesinato de violencia machista del 2020 en España, y el segundo en Cataluña. Uno fue el 14 de enero en Puertollano (Ciudad Real), el tambien se suicidó. El día de Reyes, el hombre mató a su expareja y a su hija de tres años en Esplugues de Llobregat (Barcelona).
El año 2019 se cerró con 55 mujeres asesinadas a manos de sus parejas o exparejas, la cifra más alta desde hace un lustro. El número de mujeres asesinadas desde 2003 —cuando se creó una estadística oficial— es de 1.034. El 016 atiende a todas las víctimas de violencia machista las 24 horas y en 51 idiomas. No deja rastro en la factura, pero hay que borrarla del registro de llamadas del teléfono móvil. Los menores también pueden dirigirse al teléfono de la Fundación Anar 900 20 20 10 y los ciudadanos que sean testigos de alguna agresión deben llamar al 112.
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