Sigüenza, a la conquista del Patrimonio de la Humanidad

Después de Toledo y Cuenca, Sigüenza. La villa medieval luchará por conquistar el título de Ciudad Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, así lo ha anunciado esta mañana el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, en el icónico castillo del siglo XII convertido en Parador Nacional y acompañado de la alcaldesa Mª Jesús Merino. «En España, tenemos la capacidad de convertir nuestro pasado en la mejor oportunidad para nuestro futuro», ha reivindicado.

Hace un siglo, Miguel de Unamuno ya ensalzó la «tradición hecha piedra» de Sigüenza, una piedra que «se hace alma». Recorrió Unamuno las callejuelas medievales, los soportales, el castillo y las fondas con don Quijote como guía espiritual, «invisible y silencioso a mi lado». Aunque podría haber sido El Cid. Poco ha cambiado el paisaje desde entonces. Y el objetivo es descubrirlo al mundo. 

«Sigüenza es esa gran desconocida... Tenemos un paisaje prácticamente intacto desde la Edad Media. Si estudias su Catedral tienes la historia de España a través de sus obispos, arquitectónicamente se puede recorrer el mundo musulmán hasta el siglo XIX, hay joyas del Románico y del Renacimiento... Sigüenza tiene mucho que ofrecer. Aquí se sigue cultivando la espelta igual como se hacía en el medievo. Y también tenemos dos estrellas Michelin», destaca Ana Vanesa Martín, viceconsejera de Cultura de Castilla-La Mancha.

En 1986, Toledo fue la primera ciudad de Castilla-La Mancha en ser reconocida Patrimonio de la Humanidad y en 1996 llegó Cuenca. Mientras Sigüenza se prepara para el IX Centenario de la Reconquista, que se celebrará en 2024 y que la posicionará como una de las capitales culturales de España (incluso El Prado desembarcará en sus calles), desde la Junta ya se trabaja para impulsar un trabajo científico y de investigación que conquiste a la UNESCO. «Es un proceso largo, que puede durar años. Seremos muy rigurosos y, por supuesto, iremos de la mano de la sociedad seguntina», afirma Martín.

La operación Sigüenza se impulsará desde las administraciones al margen de colores políticos, la universidad, las entidades culturales y la sociedad civil. Aquí destaca el liderazgo de Antonio Fernández-Galiano, presidente de Unidad Editorial, con una fuerte vinculación personal con Sigüenza, que define como «una ciudad eterna».

De izda. a dcha., Eusebio Robles, delegado de la Junta; Rafael Perezagua, presidente de la fundación Impulsa de Castilla La Mancha; Pablo Bellido presidente de las Cortes de CLM, Emiliano García-Page, presidente de Castilla-La Mancha; María Jesús Merino, alcaldesa de Sigüenza; Antonio Fernández-Galiano, presidente de Unidad Editorial; y Rosa Ana Rodríguez Pérez, consejera de Educacion y Cultura.A. Pérez Herrera

Una eternidad que ya sedujo al filósofo José Ortega y Gasset, que comparó las tierras castellanas «con los hombros de un gigante». Fue en Sigüenza, en el verano de 1910, cuando Ortega y Gasset -entonces tenía 27 años- preparó sus oposiciones a la cátedra de Metafísica de la Complutense de Madrid. Entre el Románico y el Gótico de la Catedral, Ortega y Gasset llegó a ensalzar el Sepulcro del Doncel -la tumba de Martín Vázquez de Arce- como «la más bella escultura fúnebre de España». Una delicada escultura de alabastro de autoría desconocida, anónima como El cantar del Mío Cid, cuyos ecos también resuenan en Sigüenza.

De conseguir el título de la UNESCO, Sigüenza sería la 16ª Ciudad Patrimonio de la Humanidad de España, una lista en la que figuran Santiago de Compostela, Córdoba, Segovia, Ibiza o Tarragona. Sigüenza empieza su reconquista cultural, desde el Románico hasta Unamuno, desde el Doncel hasta sus dos estrellas Michelin.