La contaminación es la introducción de una sustancia o energía, amenazando el funcionamiento normal y el equilibrio inicial del medio, que causa daños irreversibles. Su principal causa siempre ha sido el ser humano. La contaminación del aire es el resultado de la intrusión de residuos debido al uso de combustibles fósiles (como el carbón y el petróleo) en la industria y el transporte.
Colombia
Desde el principio del poblamiento del territorio colombiano, nos hemos aprovechado de las riquezas del suelo colombiano para satisfacer todo tipo de necesidades que han causado problemas ambientales.
La principal causa de la contaminación orgánica del agua es el sector doméstico, que aporta el 69%, seguido del sector industrial con un 28%, y el sector cafetero con un 3%.
La explotación de paisajes para extraer materias primas ha llevado a una mayor producción minera y petrolera, así como a mejoras en la tierra para promover el monocultivo y la cría extensiva de ganado, produciendo un impacto negativo en el ambiente.
Colombia alberga la mitad de los páramos del mundo, los cuales son importantes porque captan gran cantidad de luz solar mientras mantienen una alta humedad y producen agua dulce que beneficia al 70% de los territorios del país, y a pesar de esto, se ven afectados por la expansión de la frontera agropecuaria, la cría de ganado, el cultivo de papa y cebolla, y la explotación minera, esta última, ocasiona la desaparición de la gran riqueza biodiversa, la expansión de la desertización y la destrucción de la cobertura vegetal y, la posible carestía en la distribución de agua.
La destrucción de la riqueza floral: el incremento de la deforestación
En Colombia, la deforestación se produce por factores como la expansión de la frontera agrícola, los cultivos ilícitos, los incendios forestales y la explotación minera y petrolera, esta sucede principalmente en departamentos mineros, como Antioquia, Bolívar, Santander, Chocó, Cauca, Valle del Cauca, Nariño, Norte de Santander y en la región de la Amazonía.
Consecuencias de la explotación minera y petrolera
La modificación de los ecosistemas y biomas. Las empresas utilizan grandes extensiones del territorio para construir infraestructura y aumentar la producción minera, destruyendo así cientos de hectáreas de bosque y afectando la supervivencia de miles de especies; como en Cerromatoso (Córdoba), donde se explota ferroníquel, y El Cerrejón (La Guajira), donde se extrae carbón.
El vertimiento de productos químicos. En el caso de la explotación aurífera, el uso de sustancias tóxicas como cianuro y mercurio para separar los metales son arrojados a los ríos, lo que afecta la supervivencia de miles de especies de flora y fauna, así como paisajes y ecosistemas únicos.
Las alteraciones de las lluvias y las inundaciones, por ejemplo, en 2011 cuando el incremento de las precipitaciones afectó el nivel del río Magdalena, y se inundaron miles de hectáreas o en 2017, en Mocoa cayeron lluvias equivalentes al promedio de diez días constantes de precipitaciones, lo que ocasionó el desbordamiento de los ríos Mulato, Sangoyaco y Mocoa por las calles de esta capital y dejó más de 330 muertos.
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