Los goles de Corbacho
 
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Los goles de Corbacho

En un 'mano a mano' con el narrador, la periodista Yenni Paternostro logra que éste revele sus opiniones y deseos -ambos apasionados- por el deporte.

23 mar 2017


Por: Yenni Paternostro Andrade 

-Soy un tipo madrugador.- Asegura con su voz grave. Mira a través de sus lentes y continúa:

 

-A las cinco de la mañana estoy vestido y salgo a hacer diligencias. Luego hago mi programa. En la tarde soy agencia de publicidad y no salgo sino hasta el día siguiente.

 

Cesar Augusto Corbacho Manrique es un periodista de la radio deportiva de Santa Marta. Con más de 38 años de entrega por su verdadera pasión, es uno de los mejores narradores de fútbol de la ciudad. Su narración y estilo son tan inconfundibles como sus lentes de cristal grueso.

 

-Yo estoy a las seis de la tarde en la casa. Si no hay fútbol, a las seis estoy rendido. Y si hay, me acuesto cuando se acabe el partido.- Comenta sobre sí mismo. Aunque agrega que debe tomar café mientras ve esos juegos nocturnos porque es muy dormilón.

 

Corbacho, ‘Corba’ como le dicen algunos amigos, nació en Santa Marta, en la Calle Madrid (Calle 10), en el populoso barrio Pescaito. Allí lo recuerdan por los torneos de fútbol que el mismo organizaba y narraba.

 

Hoy, en Universo Cunista, revela detalles de su vida, esa que ha gozado y en la que se la ha pasado ‘Haciendo Goles’, como es el nombre del programa que dirige en la emisora Radio Magdalena.

 

¿Cómo fueron sus inicios en la narración?

 

Yo empecé desde muy niño. Desde los 12 años me ponía a jugar fútbol con los pela’os por la calle, pero muchas veces no jugaba el partido sino que cogía un muñequito como micrófono y me ponía a narrar el partido desde el techo. Ahí fue mi primera inquietud para narrar los partidos en la calle en vez de jugar.

 

¿La familia qué dijo cuando decidió ser periodista?

 

Bueno mi familia es mi madre. Mi padre murió cuando tenía prácticamente tres años, entonces no lo conocí. Mi madre era docente, fue pantalón y falda. Ella vio lo que me gustaba desde niño y me apoyaba.

 

¿Esos estudios de Derecho, cómo fueron?

 

Me tocó viajar a Bogotá a una diligencia familiar y una prima me dijo que hiciera el examen de admisión de la Universidad Libre para estudiar Derecho. Hice el examen sin tanta expectativa y pasé. Estudié un año derecho y me fue muy bien.

 

¿Entonces, cuándo empieza la narración?

 

Me vine para Santa Marta de vacaciones en los años 70; y en esas vacaciones, en Caracol Radio estaban buscando un narrador. En el concurso decía: “Buscando en Caracol Santa Marta al narrador del año”, se inscribieron como cuarenta y yo narré, como desde niño ya tenía práctica, gané el concurso. El premio fue contratarme con sueldo y en aquel tiempo el sueldo era muy bueno.

 

¿Y la universidad?

 

Le cogí el sabor, no seguí en el derecho y me quedé en el periodismo. Eso disgustó a la vieja pero ella entendió que era lo que me gustaba. Debí seguir siendo periodista y estudiar Derecho de noche, pero la verdad me equivoqué y no lo hice.

 

¿Qué noticia le haría mayor ilusión dar alguna vez?

 

Hombre, estoy loco. Quiero -antes de morirme- poder decir: “Nuevo estadio de fútbol en Santa Marta, como exigen los requisitos de ley” y otra sería “Unión campeón, salió de la B”. Esas son las noticias que añoro.

 

La mayoría de las personas tenemos un modelo a seguir, ¿usted tiene algún profesional del medio a quien admire y tome como modelo?

 

Muchos. Pero te voy decir quién fue mi espejo. El principal fue un paisano samario y tocayo, que en paz descanse, César Augusto Garizábal Fuentes, ese era un tremendo narrador. De fútbol, de baloncesto, de ciclismo y yo -que tenía mi inquietud desde niño- lo he tenido como uno de mis espejos para ser periodista deportivo. Aprendí de él una tremenda dicción, el tono, la vocalización y el criterio para opinar.

 

¿Qué puede decir de Édgar Perea?

 

Que Dios lo tenga en la gloria. Fue un monstruo en el mundo porque lo invitaban del exterior con gastos pagos para narrar cualquier deporte, era un narrador que iba pagado por las grandes ligas, a narrar los finales del béisbol. Aparte de eso era un filólogo, hablaba inglés, español, francés, un tipo sumamente preparado y te narraba fútbol, ciclismo, boxeo, béisbol, natación, te narraba de todo. Yo creo que a Édgar Perea no hay que admirarlo, si no tenerlo en un monumento como el monstruo del periodismo deportivo en el mundo.

 

Con sus 38 años de experiencia en la radio ¿Qué recomendaciones le puede dar a los nuevos periodistas que quieran hacer un programa deportivo?

 

Un programa deportivo hay que hacerlo primeramente con pasión, amor, con cariño y prepararlo. Yo todas las tardes lo preparo, buscando noticias y si me queda duda yo llamo a la fuente. Hay que investigar y antes de lanzar la noticia, buscar la fuente para que después no tenga que retractarse. Periodista que se retracta, que dice “me equivoque”, pierde credibilidad.

 

¿Hasta qué punto es importante la publicidad para la Radio?

 

La publicidad es determinante para la radio y para el mundo. Un ‘carro'e'mulero’ (persona que conduce una carreta tirada por caballo, burro o mula) también es publicista, él va gritando “reciclaje, boto la basura”. Todo es publicidad, el mundo es una publicidad.

 

¿Cree que se le da muy poco valor a esta carrera en Santa Marta?

 

No quisiera ser tan cáustico, tan duro, pero en esta ciudad se le da poco valor al periodismo. Afortunadamente, los que ya tenemos un espacio somos considerados, pero hay mucho descuido. Muchos periodistas que no saben hablar bien. Yo me preparé, estudié derecho y leí muchos libros.

 

¿Cuál ha sido el principal obstáculo que has tenido que superar en esta labor?

 

Es una labor muy díscola, muy ingrata, muy desagradecida. Hay narradores de fútbol obsesionados por lo que uno hace y por cualquier cosa quieren estar metiendo las indirectas. Había cometido el error de responderles y les aconsejo no hacerlo porque lo hacen es para que tú les respondas, para que les des importancia y no hay que caer en la trampa.

 

¿Qué análisis haces del periodismo deportivo actual?

 

A nivel local, no me gusta. No hay relevo generacional. Está muy estancado. Yo no sé qué va a pasar. Está muy lejos que haya provisores en el periodismo deportivo y es preocupante.

 

¿Cómo ve el papel de la mujer periodista en el ámbito deportivo?

 

Hoy en día es un lujo tener a un periodista con rostro femenino y hay muchas periodistas deportivas en el mundo y eso es algo ejemplar.

 

¿Cómo sería su periodismo deportivo ideal?

 

El periodismo deportivo tiene que ser primero honesto, no venderse por tres panes, como desafortunadamente se está viendo y esto no es solo en Santa Marta. Hay que criticar de acuerdo a lo que se ve, no tener temor a lo que se dice; pero sí decir la verdad y sustentar lo que se dice con pruebas para no equivocarse.

 

Se sabe que es aficionado al equipo Unión Magdalena ¿Cuál ha sido su mejor equipo a través de estos años?

 

En el 68 quedo campeón, pero cuando eso yo era un joven de doce años. Así que para mí el mejor Unión fue el de 1989, de Jorge Luis Pinto, que le ganó a todo el mundo. Que iba rápido, raudo para el título. Le sigue en méritos el del 79 con Rodríguez; esos han sido los dos mejores equipos del Unión Magdalena.

 

¿Qué necesita el Unión Magdalena para subir al torneo de la “A”?

 

Necesita todo. Primero organización, nueva administración, conciencia de jugadores que se profesionalicen, técnicos que no sean milongueros y por último que tengamos un estadio. Porque es cierto que donde se juegue es igual, pero es mejor jugar en casa. Todo esto se necesita para que el Unión suba. Lleva 13 años en la “B” y por cómo están las cosas, va a ser muy difícil que suba sino se organiza.

 

¿Qué piensa usted de que Santa Marta tenga un nuevo equipo?

 

Bueno el alcalde está en esa vuelta pero eso no es tan fácil. Primero que una ficha vale tres mil setecientos millones de pesos, la mitad de lo que vale una ficha en la “A”. Entonces ¿dónde están esos recursos? Y segundo, mientras aparezca registrado para Santa Marta el Unión, como Club de la Dimayor, no hay aval para otro equipo. Así que por ahora me atrevo a decir que esto es una utopía.

 

¿Qué sueños le faltan por cumplir?

 

No quiero morirme sin ver a mi equipo, Unión Magdalena, en la “A” eso es lo que me falta.

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