Hoy me topé con una suri en el consultorio de la nutricionista (sí, todavía tengo un costado minitah que me dice "dejá de comer").
Obviamente como soy bastante histérica llegué muy puntual, demasiado puntual, porque me enferma llegar tarde, así que 20 minutos antes ya estaba en el consultorio (de más está decir que usé mi horario de almuerzo para ir al médico con lo cual no tenía toooooodo el tiempo del mundo).
Era tan temprano que no había llegado ni siquiera la secretaria de la médica.
Al ratito de esperar llegó la secretaria y me estaba atendiendo cuando entró esta suritilinga al consultorio, nerviosa, moviendo las manitos y con ese pelo pajoso que tienen las viejas chotas teñidas que ni todo el oro del mundo se los puede disimular.
- Disculpame, yo pedí el primer turno y estoy apurada!!!
(Esta servidora seguramente era transparente a esta altura porque ni siquiera me miró al hablar)
La cara de la pobre flaca que estaba en el mostrador fue tremenda. Mi cara de orto parece que también.
La miré de costado, fruncí la boquita y mordí mis labios en señal de asco.
Nunca me miró, jamás se dio vuelta, de espaldas juró y perjuró que su horario era a las 12.00 hs (yo no iba a discutirle que ya eran 12.05) y que quería entrar primero porque ella habia cambiado su dia para tener el primer turno y estaba apurada y entonces no queria perder tiempo, bla bla bla bla
La verdad, en otro momento la hubiera insultado como se merecía, pero vi a la secretaria, me puse en su lugar y arrancar la mañana con una situación incómoda no me hubiese gustado.
Me callé, conté hasta diez, mi cara era imposible de disimular.
La vieja, siempre de espaldas, entró con su ficha al consultorio y entonces la secretaria me miró y me dijo:
- Disculpame, la verdad que no quería que pasaramos un mal momento.
- No te preocupes, soy educada y me puse en tu lugar, por eso no quise discutir.
Pero esa señora no solo me pasó por encima, sino que es una mala persona, una soreta y sabes que es lo que va a pasar?
NUNCA VA A ADELGAZAR!!! JAMASSSSSSSSSSSSS!
Porque le tiré la maldición "Anita" y como en la vida todo vuelve, en el caso de ella volverá en forma de milanesas de carne y pollo en su abdomen.
La flaca se entró a reir. Obvio yo me reí también.
No obstante, cuando entré al consultorio le comenté a la médica que habla mi mismo idioma, quien me completa la información sobre esta "señora" (?):
- Esa vieja es una soreta. Tiene toda la plata. Recién vuelve de Europa. El marido es cirujano. La levantan en pala. Ahora quiere adelgazar para el casamiento de su hijo!!!
- En serio? No creo que adelgace nada porque le eché la maldición gitana Anita y por chota no va a bajar ni dos gramos.
"Y te lo juro por ésta" que no baja, porque esta mierdas se merecen todo nuestro desprecio y si no alcanza, hay que tirarles una maldición.
Total el efecto boomerang acá es invertido: ellos ya nos cagaron con su voto, ahora hay que devolverla...