Botas y ojotas (Por M. Javier Astorga M.)

Los términos racistas en los que se  expresó hace unos días la Diputada Norma Piérola “PREFIERO  DICTADURA DE  BOTAS QUE DE OJOTAS”,  amerita un breve análisis de lo que se entiende por  Dictadura desde la teoría de la lucha de clases. A las clases dominantes les gusta mostrar  Dictadura como lo opuesto a Democracia,  con éste criterio definen alegre y falsamente al Gobierno como  una Dictadura mostrándose ellos como genuinos  demócratas,  inclusive sus partidos llevan este sello (DEMÓCRATAS) para diferenciarse totalmente del Gobierno dictador según ellos. Sin embargo, una mirada más atenta nos mostrará que Dictadura y Democracia son polos opuestos pero de una misma unidad dialéctica, o sea  lo que para una clase social es dictadura, para la otra es democracia. Para seguir debemos tener en claro lo que entendemos  por lucha de clases  en una realidad social como la nuestra. Sin más diremos entonces que las clases fundamentales en Bolivia serían: Por una parte, las clases dominantes  dueñas por muchas décadas del poder económico y del poder político, o sea los ricos. Por otra parte estarían las clases subordinadas o sea las  grandes  mayorías  excluidas también por décadas tanto del poder económico como del poder político, en síntesis, los pobres,  o sea el Pueblo. Es bueno tener en claro esto para que no nos dejemos sorprender por los partidos de las clases dominantes que falsa  y alegremente vienen  asumiendo la representación del Pueblo. Diremos entonces que tanto Dictadura como Democracia  conllevan un sello de clase.  Los clásicos del marxismo nos lo dijeron y la Diputada Piérola vino a corroborar la teoría: La Dictadura que añora la Diputada es la Dictadura de las botas o sea la Dictadura de los ricos que es Democracia para ellos y Dictadura para los pobres. La Dictadura que ella desprecia y a la  que tiene tanto miedo es la de las ojotas que vendría siendo la Democracia para los pobres y Dictadura para los ricos. De más está decir a que clase pertenece la Diputada y a que clase representa su partido político. En realidad lo que expresó la diputada no fue un exabrupto, sino la genuina manifestación del subconsciente de una clase social que ha perdido por el momento el poder político, (no el económico) y que están dispuestos a todo con tal de truncar el Proceso de Cambio (tímido tal vez, con enormes contradicciones tal vez pero Proceso de Cambio al fin), incluso golpear a las puertas de los cuárteles para reestablecer ese orden divino al que estaban acostumbrados y que se horrorizan al ver las  ojotas del pueblo humilde y trabajador. Este llamado a los cuarteles que aunque nada viable en el momento coyuntural de nuestra realidad política no debe ser subestimado por los que dirigen circunstancialmente el Proceso de Cambio, no debe pasar desapercibido en un momento de rearticulación de las fuerzas de la reacción,  especialmente para aquellos que siguen creyendo en la alianza de clases y en la teoría de la inclusión.