Una sociedad movilizada y desinformada. Pilar Lizárraga Aranibar

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Los detonantes para movilizar a la sociedad por parte de los conservadores y opositores al proceso de cambio ha sido la desinformación, la manipulación y una estrategia clara para llegar al 21 de febrero del 2018 con una ratificación del NO. Esta estrategia trae algunos significantes de las movilizaciones que se han desarrollado en los procesos movilizados de la derecha en Brasil, Venezuela y Argentina. Juega con los estribillos y los sones de la izquierda revolucionaria de la década de los 60, como también de las movilizaciones que fueron el preambulo del golpe blando en Brasil el 2017.

En Tarija, se ha podido ver que la acción en la calle ha sido movilizada por una tergiversación y manipulación de la información para instalar en el imaginario que el código contraviene todo orden establecido y más bien incita a volver al país en un caos y de restricción democrática, siendo el tema de fondo tumbar al Presidente para reinstalar, aparentemente, el sistema democrático. Se han movilizado "el sector de salud" con el slogan de abroguen el 205 y estudiantes y transportistas han sido objetos para darle continuidad a la movilización permanente que se ha instalado.

Durante las jornadas del 10, 11 y 12 se ha configurado una narrativa política a partir de argumentos vertidos en las redes que han convocado a movilizarse para defender la democracia,  resultados del 21 de F que han sido construidos a partir de mentiras y de un habil juego de las clases dominantes.  En las redes y en  diálogos con los “marchistas” se ha podido ver que las mentiras son diversas, uno de los argumentos gira en torno a que en este código aprobado se hace la derogación de algunos artículos de la Ley Marcelo Quiroga Santa Cruz que aborda el enriquecimiento ilícito, siendo que en el Código se avanza en establecer un marco claro para el procesamiento a quienes incurrieran en el enriquecimiento ilícito (art 106 del código aprobado). Otro argumento gira en torno a los estupefacientes y sustancias controladas, aspecto que es regulado en específico y de forma amplia en el capítulo VII, CRIMENES CONTRA EL BIENESTAR INDIVIDUAL y COMUN donde se trabaja las sanciones a los portadores de estupefacientes (cantidades mínimas y máximas) teniendo penas que van desde 3 hasta los 20 años de acuerdo a la gravedad del caso. Como estos muchos mas argumentos han sido vertidos y la gente ha sido movilizada para defender algo que no sabe que es.

En las calles, durante estas jornadas se pudo ver que la gente pedía que se abrogue el art 205, siendo que el mismo ya ha sido abrogado. O también argumentos como que los evangélicos serán privados de libertad. En el código no existe ningún artículo que tenga el argumento de la privación de libertad a los evangélicos y la restricción para ver a sus familias. También se pudo documentar casos en los que la gente quería que se abrogue todo el código porque afectaba a la “Autonomía” pero no había ningún argumento que pudiera respaldar esta posición que estarían tomando con el bloqueo político.

Lo que queda claro como resultado de esta semana de movilizaciones es que la mentira se está volviendo a instalar, las clases dominantes están tomando las calles para bloquear al país y volver una Venezuela a Bolivia para tomar nuevamente el control y restablecer privilegios.

La mentira ha tomado las redes y las calles y al son del carnaval y la largada del diablo la imagen de la hidra del capitalismo se ha instalado para tomar el control.