La fragata Helge Ingstad fue construida en los astilleros españoles de El Ferrol entre 2006 y 2009. Fue la cuarta de la clase Fridtjof Nansen. En su breve historial de servicio, cabe destacar que entre diciembre de 2013 y mayo de 2014, en medio de la Guerra Civil Siria, sirvió de escolta a los mercantes que transportaban las armas químicas del régimen sirio para su destrucción, durante el desarme químico de Siria, pactado entre Estados Unidos y Rusia, y que al presidente sirio Bashar al-Asad no le quedó más remedio que aceptar para evitar la invasión estadounidense.
El 8 de noviembre de 2018, mientras el Helge Ingstad volvía a su base tras hacer unas maniobras marítimas de la OTAN en el Báltico, chocó contra un petrolero cerca de las costas del norte de Bergen y se hundió, quedando encallado en tierra.
El 26 de febrero de 2019, dieron comienzo las operaciones de rescate del barco, mientras se estaba elevando a la fragata con unas grúas de gran tonelaje, la Helge Ingstad tuvo que ser trasladada por dos barcos de carga pesada a medio elevar, porque las condiciones climáticas empezaron a ser desfavorables para que se siguiera llevando a cabo la maniobra. Dos días después, la fragata fue llevada al astillero de Simco en Hanøytangen, en donde se realizó el achique del agua del interior del barco; un proceso que duró casi dos días. Finalmente, el 2 de marzo, la Helge Ingstad fue depositada en una enorme barcaza para su traslado a la base de Haakonsvern, en donde se iniciaron las investigaciones.
El informe determinará el destino de la fragata, según el Ministro de Defensa noruego, Frank Bakke-Jensen, a lo largo de la primavera cree que la investigación habrá terminado, y que, a raíz del resultado final de los estudios, el buque podrá repararse y reutilizarse o será desguazado. Sin embargo, Bakke-Jensen ya adelantó que los daños sufridos por el buque son peores de lo que inicialmente se había pensado.
Los ingenieros noruegos tratan de recuperar todo el equipo y material posible del buque, pero gran parte de los sistemas electrónicos quedaron inutilizados al permanecer bajo el agua durante mucho tiempo.
Además del destino del barco, hay mucha preocupación en las oficinas de Navantia, ya que las primeras sospechas apuntan a que el hundimiento se produjo por un fallo en el diseño de estanqueidad del buque; lo cual, ha sido negado por la empresa pública española.
13 de Marzo de 2019.
Año I. Día 28. Artículo 89.
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