El proyecto de las fragatas FFG(X) de Navantia no convence a las autoridades estadounidenses

Foto: Diseño de Navantia de las fragatas FFG(X) para la Armada estadounidense.

El proyecto de construcción de las fragatas FFG(X) para la Armada de Estados Unidos es uno de los concursos armamentísticos internacionales más importantes. La sociedad pública española Navantia es una de las empresas que compiten por conseguir el contrato, sin embargo, estando a menos de un año para que se produzca la adjudicación del proyecto, la Oficina de Responsabilidad Gubernamental estadounidense (GAO, siglas en inglés) presentó un informe negativo contra la propuesta española.

En agosto de 2019, la GAO presentó un informe en el que negaba que el proyecto español cumpliera con los requerimientos exigidos por la Armada estadounidense, sin embargo, el proyecto continúa dentro del concurso y será estudiado con más detenimiento por el Congreso.

El Servicio de Investigación del Congreso (CRS, siglas en inglés), que es el encargado de supervisar y simplificar los proyectos que se debaten en la Cámara Baja estadounidense, presentó recientemente un informe en el que señalaba que los planteamientos de la Armada están más definidos que cuando se produjo la petición de propuestas, pero aún siguen debatiéndose varios parámetros que quedan por definirse.

Navantia presentó un modelo basado en el modelo de fragatas antiaéreas F-100 (Clase Álvaro de Bazán) utilizadas por las Fuerzas Armadas españolas, pero el Congreso es muy contrario a la política Diseño-Parental basada en otros modelos fabricados anteriormente; generalmente, ha optado por desarrollar proyectos que son completamente nuevos.

La ley estadounidense prohíbe que otros países fabriquen su equipamiento militar, pero permite la fabricación de equipo que haya sido diseñado por compañías extranjeras, aunque a la Cámara Alta es un tanto reticente que Estados Unidos no ostente la propiedad intelectual del diseño, sin posibilidad de hacer modificaciones posteriores a su antojo.

El Congreso también cuestiona el reparto de las tareas de construcción entre diferentes astilleros dentro de su propio país, así que hacerlo con astilleros de una nación extranjera también es otro factor que juega en contra de Navantia.

Otro de los puntos que le preocupa al Congreso es la posibilidad de que se generen retrasos de construcción ante el nuevo encargo de buques de combate litoral (LCS, siglas en inglés) durante el proceso de fabricación. La construcción de las fragatas supondrá una gran carga de trabajo que viene acompañada por una fuerte inversión económica, tanto para los astilleros como para el Gobierno. Existe el riesgo de que la producción tarde más de una década. Las fragatas no son unos buques que gocen de mucha popularidad en los mandos militares, debido a su falta de versatilidad, aunque su coste es inferior comparado con el de otros tipos de buques.

El proyecto de Navantia aún tiene tiempo para seguir siendo debatido por el Congreso, la adjudicación será en julio de 2020 y Navantia todavía tiene tiempo para poder hacer correcciones.

28 de Octubre de 2019, lunes.

Año I. Día 251. Artículo 267.