La Guardia Civil por fin dispondrá de chalecos antibalas femeninos

Foto: Nacho García/ AGM

El lunes 12 de agosto de 2019, el Boletín Oficial del Estado (BOE), anunció la licitación de 800 chalecos antibalas para la Guardia Civil; de ellos, 600 serán para hombres y 200 serán para mujeres, estando adaptados al físico femenino. La Subdirección General de Gestión Económica y Patrimonial informó que para ello se destinarán 198.000 euros.

Esta aprobación se produce después de que la guardia civil Alicia Sánchez lograra ganar en un juicio el reconocimiento de la discriminación que sufren las mujeres en la benemérita institución, al no recibir chalecos antibalas femeninos, ya que los chalecos antibalas masculinos o son muy grandes e impiden el acceso correcto de las mujeres a los grilletes y al arma reglamentaria, o aprietan demasiado el pecho.

Aunque en la década de 1940 se permitió la entrada de la mujer a la Guardia Civil, su papel quedó muy limitado y fue secundario, ya que solo podían aspirar a puestos de oficina y a hacer registros en personas de su mismo sexo. Eran conocidas como “matronas”, no podían llevar distintivos militares ni portar armas. En su mayoría eran viudas o huérfanas de guardia civil.

En 1988 se permitió a las mujeres poder formar parte de las distintas unidades que componen a la Guardia Civil, sin embargo el proceso de asimilación de las agentes femeninas en el cuerpo fue muy lento y difícil. Tanto es así, que en 31 años las mujeres no han dispuesto de chalecos antibalas adaptados a la anatomía femenina.

Aunque la aceptación del ingreso de la mujer en el cuerpo fue inmediata, y la oferta de empleo tuvo mucho éxito en la población femenina, ya que se presentaron 2.917 mujeres a la convocatoria de pruebas de ingreso a la Guardia Civil de 1988, en la que se ofertaron un total de 272 plazas, con el resultado de que 197 de las plazas fueron cubiertas por mujeres que lograron pasar las pruebas. La administración no tuvo en cuenta la necesidad de camisetas y uniformes adaptados al físico femenino, además de que no planificó que debían adaptarse las instalaciones para que también fueran usadas por mujeres (aseos, duchas, vestuarios…). Estos problemas supusieron que se barajara la idea de separar a los hombres y a las mujeres aislándolos, además de que se dictaron normas para impedir las relaciones intersexuales; sin embargo, como las dificultades no venían del personal de la Guardia Civil, estas ideas se desecharon pronto.

Dentro de la Guardia Civil las mujeres no encontraron dificultades ni obstáculos con sus compañeros y superiores, sin embargo la sociedad estaba acostumbrada a los roles y estereotipos tradicionales en la benemérita institución y, tanto políticamente como socialmente, las agentes tuvieron que lidiar con muchos problemas para hacerse respetar, además de para cumplir con su misión de mantener el orden y la ley.

El primer cambio más significativo en la vida de las casas cuartel, fue el uso de camiones llenos de cajas de compresas.

Las mujeres en la Guardia Civil, curiosamente, han tenido que hacer mucho más frente a los propios organismos políticos que fuera de los cuarteles enarbolan la bandera de la igualdad, que a sus compañeros. El hecho de que las demandas de las guardias fueran atendidas con mucha lentitud son una prueba de ello.

Si bien es cierto que una de las grandes quejas que los Cuerpos de Seguridad españoles llevan arrastrando desde hace varias décadas, es la demanda no satisfecha de adquisición de chalecos antibalas, produciéndose el caso de que son los propios agentes los que los compran con su sueldo, e incluso han organizado loterías para poder comprárselos.

En enero de 2019, a la guardia Alicia Sánchez la Dirección General de la Guardia Civil abrió un expediente contra ella por denunciar tanto la carencia de material, como la discriminación que las mujeres sufren al no recibir chalecos antibalas acordes con su físico.

14 de Agosto de 2019, miércoles.

Año I. Día 178. Artículo 207.