INTELIGENCIA EMOCIONAL

“La inteligencia emocional es una forma de interactuar con el mundo que tiene muy en cuenta los sentimientos, y engloba habilidades tales como el control de los impulsos, la autoconciencia, la motivación, el entusiasmo, la perseverancia, la empatía, la agilidad mental. Ellas configuran rasgos de carácter como la autodisciplina, la compasión o el altruismo, que resultan indispensables para una buena y creativa adaptación social”

  Este conjunto de habilidades de carácter socio-emocional configura la inteligencia emocional, o sea, la capacidad para conocer y controlar las emociones propias y ajenas, con el fin de obtener determinados fines.

   Las emociones son los sentimientos y pensamientos característicos que guían nuestro actuar, revisten una gran importancia en cada uno de los aprendizajes que realizan los sujetos. Siempre hemos creído que cuando razonábamos bien lo hacíamos fríamente, y que cuando estábamos emocionalmente perturbados no podíamos razonar, con lo cual inteligencia y emoción resultaban incompatibles.

  Sin embargo, la inteligencia y las emociones son compatibles, cuando llegan a un equilibrio donde la inteligencia no se deja desbordar por las emociones sino que, puede controlarlas y encauzarlas de manera de poder alcanzar resultados eficaces o exitosos.

  Asimismo, cada emoción prepara a la persona para una clase distinta de respuesta, como los sentimientos de ira, miedo, felicidad, amor sorpresa, disgusto tristeza, etcétera. Por lo tanto, se torna necesario desarrollar y fortalecer la inteligencia emocional, ya que ésta nos permite ser más responsables, tener mayor capacidad para concentrarnos en las tareas que emprendemos, un mayor control de nosotros mismos, mayor capacidad para comprender los puntos de vista de los otros, mejorar la empatía, mejorar la capacidad de escuchar, lo que influye directamente en las relaciones interpersonales.

En resumen, se puede definir a la inteligencia interpersonal como la capacidad de discernir y responder apropiadamente a los estados de ánimo, temperamentos, motivaciones y deseos de las demás personas. En cuanto a la inteligencia intrapersonal, se define como la capacidad de establecer contacto con los propios sentimientos, discernir entre ellos y aprovechar este conocimiento para orientar nuestra conducta.

Por otro lado, se pueden fundamentar cinco puntos en la inteligencia emocional:

1.    Conocer las propias emociones: es decir, la capacidad de reconocer el sentimiento mientras está ocurriendo. Esta capacidad permite al sujeto actuar de manera más precisa al saber lo que realmente siente.

2.    Capacidad de controlarlas:hace referencia a tener conciencia de uno mismo y poder expresar adecuadamente los sentimientos. Esta capacidad permite recuperarse rápidamente de los inconvenientes de la vida.

3.    La motivación intrínseca:capacidad de lograr el autodominio emocional. Lo que permite enfrentar las tareas con un nivel de fluidez emocional, armonía y ausencia de ansiedad; y facilita una mayor eficacia en el desempeño.

4.     Reconocer las emociones ajenas: la empatía, es decir, la capacidad para sentir las emociones como las experimentan los demás, es una habilidad fundamental en las personas. Se construye sobre la conciencia de uno mismo y es necesario recordar que los sentimientos de las personas no siempre se manifiestan a través de las palabras, sino que con frecuencia se expresan a través de otras señales.

5.    Control de las reacciones: los sujetos que poseen estabilidad se desempeñan bien en todas las situaciones que resulten de las interacciones con otros, desarrollan la competencia social, la eficacia interpersonal, el buen manejo de las comunicaciones, el manejo de grupos y la popularidad.

 Para finalizar, la alfabetización emocional trata sobre la educación de las emociones y los contenidos. Educar el afecto es tan importante como la instrucción en cualquier otra disciplina. La alfabetización emocional incluye enseñar a tener conciencia de uno mismo.

Se resalta como importante el manejo de las emociones y el darse cuenta de qué hay detrás de cualquier sentimiento para así aprender formas de manejar la ansiedad. Esto permite, hacerse cargo de las responsabilidades que generan los actos y las decisiones y asumir los compromisos. También, encontramos el auto-concepto, que se relaciona  con la percepción de nosotros mismos.