“No creo en los criterios productivistas”
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“No creo en los criterios productivistas”

María Bjerg habla del actual status de las investigaciones en Ciencias Sociales en un contexto nacional e internacional dominado por los paradigmas de las ciencias duras.

9 jun 2017


María Bjerg en su despacho del Departamento de Sociales.
Fuente María Ana Puente.

Por Macarena Acosta y María Ana Puente

 

La Directora del CeHCMe (Centro de Estudios de Historia, Cultura y Memoria), doctorada en Historia, profesora de Historia Política y Social de la Modernidad en la Universidad Nacional de Quilmes e  investigadora del Conicet, comparte su opinión del recorte presupuestario que sufrieron becarios e investigadores.

 

¿Cuánto tiempo llevás siendo investigadora? ¿Qué te llevó a interesarte por la profesión?

Hace tanto tiempo que no me acuerdo, pero fácil, más de veinticinco años. Muy tempranamente me interesó, desde que estaba haciendo la carrera de grado en la Universidad Nacional de Tandil y comencé a trabajar como asistente de mis profesores en el equipo de investigación en la carrera de Historia, “Población y Sociedad”. Era justo el momento de la vuelta a la democracia y la renovación de la vida académica. Para mí era como natural el camino que quería seguir. Luego me fui a estudiar afuera y a la vuelta conseguí una beca en el Conicet.

 

¿Qué dificultades encontrás,desde la docencia, en los estudiantes que se dedican a la investigación?

Una de las dificultades es el grueso de las materias que es de contenido, hay muy pocas metodológicas. Debemos los docentes hacer un énfasis muy grande en formar al alumno para que tenga perspectiva historiográfica y entienda cuáles son las metodologías que están detrás de las obras que lee. Otra cuestión central es el tema de la escritura. Para ser un buen historiador e investigador tenés que, al menos, ser un escritor claro.                                                                                           

 

Desde tu lugar como historiadora, ¿Pensás que el recorte presupuestario de organismos como el CONICET para incorporar nuevos investigadores y becarios contribuyen a una nueva “fuga de cerebros”? ¿Por qué?

Los contextos en los cuales se dieron una "fuga de cerebros" en Argentina fueron muy distintos al de hoy, no sólo por el contexto interno de Argentina, sino por lo que es el contexto internacional, políticas que no son sólo de recorte.

Me preocupan los recortes presupuestarios pero también cómo sobre las Ciencias Sociales hay un dominio de los paradigmas con los que trabaja las ciencias duras y un énfasis puesto en la productividad. Además, la presión es enorme para publicar cosas breves y mi idea es que el formato de una investigación histórica es un libro, no un artículo de seis mil palabras. En el Conicet me preocupa también que las comisiones evaluadoras sean los verdugos de sus propios colegas. Esto se suma al problema de quién establece qué tipo de criterio para evaluar a qué tipo de disciplina.

 

Justamente, a raíz del recorte presupuestario se ha instalado un debate sobre la preferencia del financiamiento a investigaciones en ciencias productivas por sobre las de ciencias sociales. ¿Por qué es importante seguir invirtiendo en el área de investigación de las ciencias sociales?

Me parece que uno se cava su propia tumba preguntando eso, ¿Alguna vez los ingenieros se preguntan cuál es el aporte concreto que la ingeniería hace a la sociedad? Nuestro aporte también es evidente.

En el caso de la historia, el aporte es en materia educativa, de construcción de identidades, de memoria. Desde el punto de vista productivista, la historia no tiene demasiado con qué defenderse pero, hay cantidad de disciplinas en las ciencias sociales que sí tienen, como la sociología o la antropología, aportes sumamente concretos.

 

¿Cuáles creés que son los efectos en la sociedad del conflicto entre los científicos y el Gobierno?

De todo este revuelo tan negativo, la parte positiva es, entre otras cosas, la conciencia en la sociedad respecto de la investigación científica y de la existencia de un organismo como el CONICET, ahora por lo menos saben de qué va la cuestión, eso ha sido el efecto inesperado del problema. Aunque la sociedad tiene problemas sumamente severos como para dedicarse a mirar lo que nos pasa, el problema más severo es la marginalidad y la pobreza. Justamente las ciencias pueden tener un gran impacto sobre el cambio de ese horrible paradigma en el que vivimos hoy en día.

 

Les dejamos como complemento una entrevista del Programa de Producción Televisiva de la Universidad Nacional de Quilmes a referentes de esta Universidad y representantes del gremio docente en la marcha que se realizó el 27/10/16 frente al Congreso de la Nación en repudio al presupuesto para Ciencia y Tecnología propuesto por el Ejecutivo para el corriente año.  

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