¿Cómo me reconozco, en ese “otro” siendo yo?

Abordaremos este escrito pensando en las diferencias que existen entre los grupos sociales, mediante el cual justificaremos desde el marco teórico, ya que el seminario de problemáticas socioantropológicas en educación genera en nosotras curiosidad, dejando una puerta abierta para posibles respuestas. ¿Cómo me relaciono con ese “otro” que es diferente a mí? ¿A caso necesito del “otro” para reconocerme como un “otro”? ¿El ser diferentes nos hace iguales?.

Como sujetos, debemos desestructurarnos de nuestros preconceptos, entendiendo a la educación como una experiencia de trabajo político necesario para fortalecer el compromiso con la diversidad educativa, ya que la educación nace de la idea del respeto, de la aceptación, del reconocimiento y tolerancia hacia el “otro”. A esto, Carlos Skliar, definirá que la diversidad de los “otros” es pensada para requerir y depender de nuestra aceptación de un respeto hacia el “otro” que está siendo porque la cultura es dinámica y no estática.

“El problema no está en que, son las diferencias, sino en cómo inventamos y reinventamos, cotidianamente a los diferentes.”

En este sentido, cuando hablamos de educación de y para tod@s, consideramos que debemos romper con la idea de normal y anormal porque nada es normal ni nadie es el normal. (Carlos Skliar. 2013). Es por ello que debemos tener en cuenta que la “normalidad” construyó estrategias para regular y controlar la diferencia, delimitando las perturbaciones, demonizando y estereotipando al “otro”. Y desde este punto de vista, necesitamos a ese “otro”, porque de ese modo, podemos justificar quienes somos “nosotros”.

Entonces…el “otro” debe adaptarse a la norma de uno pero de alguna manera, si en ese caso se adaptase, perdería su “yo”.Por eso, nuestra tarea docente, es mirar a nuestro alumno de igual a igual. Porque todos somos parte de un todo que nos nuclea pero al mismo tiempo, somos un individuo diferente, singular. Por lo tanto, somos iguales por el hecho de ser todos diferentes.

 La escuela y los docentes tienen que promover la igualdad, ya que esta tiene que ser la base para poder tener contacto, un vínculo con el “otro”. No se puede dar a unos más y a otros menos, tenemos que ser equitativos.Otra de las cosas que aparece en la escuela es el perjuicio, por aquellos que no tienen la posibilidad de educarse, ya que algunos deben pensar”por algo será”. Nosotros como docentes tenemos que diluir todo tipo de pensamiento que desmerezca al “otro”, ya que se hace sin saber en la situación en el que este se encuentre. Debemos ser conscientes que somos sujetos individuales, pero más allá de esto debemos de preocuparnos por aquel que no tiene, por el que necesita.

Las escuelas de hoy están muy estereotipadas por los grupos que la integran, ya que según esto todo debe tener los mismos intereses, las mismas metas, “rendir” todos iguales, a nivel intelectual. Por lo que no se le da la posibilidad a aquellos que no cumplen con estas pautas, hacen que se sientan fuera del sistema. Uno de los errores que se comete es pensar que todos tenemos los mismos tiempos, las misma formas de aprender, de interpretar. Esto no es así ya que cada sujeto tiene diferentes tiempos, algunos aprenden más rápido y a otros le lleva más tiempo. Aquí aparece el accionar del docente, este debe alentarlo, impulsarlo para que alumno crezca en su intelecto y no se desanime ante la mirada del “NO PODES”, el educador debe lograr que cada uno de sus alumnos pueda tener una mirada crítica, juicio de valor, que razone, logrando así poder interactuar y si es necesario insertarse en la sociedad que muchas veces lo corrompe, lo asusta, lo paraliza frente a los obstáculos  que le presenta. El docente debe garantizar que la enseñanza sea para tod@s, sin que haya fronteras ni límites para esta.

Wolf señala, que la cultura, esta denominada por procesos que construyen y reconstruyen el mundo, en la cual, nosotros como sujetos, vamos aprendiendo diferentes lenguas, miradas, aceptando y rechazando normas y leyes que nos impone el estado, pero a su vez, buscamos un mundo pacífico. Haciendo de este un espacio donde los educandos encuentren un apoyo no solo intelectual sino moral, que se pueda interactuar, conocer  de las diferentes costumbres, tradiciones. No encerrándose en el agobiante circulo de pensar que el que viene de otro lado es el enemigo, el cual hay que atacar.

Concluimos en que el seminario aportó para nosotrasuna mirada crítica dentro de una diversidad donde podemos mirar al “otro” de igual a igual, que se dirige a “cualquiera ” considerando que la educación, es un derecho para tod@s y para cada uno.