EMOCIÓN, EXPERIENCIA Y EDUCACIÓN. UNA MIRADA DIFERENTE

Las problemáticas socio antropológicas de educación son de gran valor formativo en los procesos de las practicas docentes de la carrera, ya que nos aportan otra mirada sobre los factores por la que está atravesada la educación.

La educación debe formar una ciudadanía libre y critica para favorecer la realización individual y colectiva de personas y comunidades y estas tres premisas no son posibles a través de prácticas educativas que reproduzcan y consoliden las situaciones de injusticia social.

Si bien uno trae consigo mismo un cierto bagaje de formación y creencias, en donde estamos constituidos culturalmente por nuestra propia cultura a través de la cual vemos las cosas de una manera y no de otra; este seminario nos brindo nuevos conocimientos y un abordaje diferente en el que pudimos replantearnos nuestro propio lenguaje, nuestra propia forma de representación de la realidad para poder entrar en la cultura de los otros y no terminar reproduciendo vías prejuicios la forma en que la propia cultura tiende a evaluar a las otras.

Con este replanteo nos referimos a que reformulamos nuestros pensamientos en base a los temas abordados que son propios del seminario, lo que trajo aparejado cambios a nivel personal, y en el trato con el otro.

En este año que transitamos, la formación docente nos brindo un lenguaje nuevo, ajeno, el cual debemos aprenderlos y apropiarlos, aunque no debemos perder nuestra propia voz, ya que eso es lo que nos identifica y nos diferencia.

Por otra parte la educación incluye la idea de influencia; “no hay educación si no hay suposición de que el otro es influenciable y el modo de influenciar es transformarlo en sujeto critico y comprometido con la realidad social”. Un sujeto que piense, que se desenvuelva y que defienda sus creencias e ideales por si mismos dentro de la sociedad permitiéndole estar insertos en ella de forma igualitaria, en muchos casos resulta ser el ultimo lazo de inclusión.

En este taller continuamente se impuso diversas propuestas que nos llevaron a pensar de forma diferente cuestiones que nosotras no habíamos pensado desde ese punto de vista, nos llevo a desnaturalizar lo naturalizado.

Para que haya educación tiene que haber más de uno y voluntad para influenciar al otro, aunque el encuentro con el otro es incalculable ya que se escapa a todo calculo, por lo que debe haber una intervención a tiempo y se debe dirigir con propósitos diversos, hacer con el otro, para el otro, por el otro, etc. Y es el educador el que debe enseñar más allá del contexto, de la demanda, de los intereses, de las necesidades de la época, de la población porque “educar a todos significa educar a cualquiera y a cada uno”.

Es importante crear un vínculo con el otro, una conexión por más que se sepa que este vinculo siempre es un problema. A partir del vínculo que establecemos, hay una intencionalidad y una promesa de transformación del ser en donde se genera el acto educativo.

La escuela debe transformarse en un lugar que aporte a la realidad multicultural y plurilingüista y no en un sistema de exclusión social debido a que todo el tiempo está seleccionando el tipo de persona que desea formar.

Pensamos que el ser distinto no es un pecado ni un delito, por lo cual es indispensable el desarrollo particular de la personalidad, sin responder a patrones estandarizados de un ser o no ser. Creemos que uno es siendo y es, en este constante construir que entramos en relación con ese otro tan diferente a mí, residiendo en ese contacto la riqueza de la humanidad.

El ser diferentes no nos hace menos unidos, sino que nos permite tener más abiertos los ojos explorando nuevos sentidos.

Queremos recordar una frase del sub comandante Marcos: “Yo soy como soy y tu eres como eres, construyamos un mundo donde yo pueda ser sin dejar de ser yo, donde tú puedas ser sin dejar de ser tu y donde ni yo ni tu obliguemos al otro a ser como yo o como tú”.

¡¡¡¡ Se dice tan fácil, son como nosotros!!! ¿Cuánto tiempo nos llevara empezar a decirnos somos como ellos??? (Quino 1999)

“Las actuales políticas culturales y educativa han naturalizado y ocultado bajo la ideología del respeto y la tolerancia las relaciones asimétricas que se establecen entre diferencia/diversidad”.

Entendiendo a la diferencia como todos aquellos que no pueden ser vistos, ni pensados, ni sentidos, ni al fin educados. El problema no tiene que ver con la cosa o la persona vista, sino con quien ve y nombra.

Y es aquí cuando surge la diversidad como una suerte de recitado que apunta hacia otros extraños y que provoca una inclinación hacia la desigualdad y la mirada hacia el otro se torna especialmente problemática, por ende el otro diverso acaba por ser otro desigual.

“…Bolivianos de mierda….”

“…Tengo nombre, no me llamo paraguayo…”

“…Esta comprobado científicamente que los blancos somos más inteligentes que los negros…”

“…Es difícil ignorar los insultos porque te hiere el orgullo…”

“…No podes decir de donde venís, expresar lo que pensas, porque te discriminan…”

“…La discriminación no es un hecho abstracto, es un sufrimiento hecho carne…”

El acto de sancionar estos comportamientos no soluciona nada, por ende lo que se espera es una reflexión consciente y tratar de llegar a un acuerdo entre las partes para que no se dañen y de esta forma contribuir a una mayor y mejor convivencia.

Si queremos entender la igualdad como una necesidad de una sociedad mejor, tiene que ver con eso, en entender al chico en todo su contexto y en que la educación misma también de ese alumno lo es todo, su situación personal, intelectual y social.

La escuela puede transformar los prejuicios y generar en los chicos nuevas miradas sobre la diversidad.

Cuando en una sociedad no se reflexiona sobre la construcción de las diferencias, esta puede ser reproductora de prejuicios y estereotipos discriminatorios que refuercen la categoría de “otredad” y aumenten el distanciamiento social.

No se debe hacer una generalización de un grupo o persona basada en una imagen o idea que se tenga de ese otro, en donde simplifique sus características.

“La diversidad no es un problema si la mirada es otra: se trata de un reto al sistema educativo. Un reto ciertamente difícil, pero como apuntaba Paulo Freire hay que hacer de la dificultad una oportunidad. Y se trata de la oportunidad de llevar a cabo una inclusión real, ya no solo en teorías y leyes, sino en el eje básico de las practicas educativas cotidianas”.

“No trates de adivinar quién soy, que quiero, desde donde hablo. No trates de buscar categorías que me encierren. No te esfuerces por encasillarme de ninguna manera. ¿Qué conseguirás con eso? ¿Entenderme mejor? ¿Educarme mejor? No pierdas mi tiempo y tus energías en intentar comprender quien soy. Soy cualquier”