EXPERIENCIAS EDUCATIVAS

Esta convocatoria  para tod@s de la feria del libro, aborda diferentes temáticas para nuestra tarea de educar. Es por ello que este espectáculo musical  nos invita a reflexionar sobre la importancia de la palabra en nuestra sociedad, pues es la que nos permite expresar nuestras ideas, pensamientos y permanecer en una constante comunicación con quienes nos rodean, para así, lograr un mejor entendimiento y comprensión entre las personas, con diferentes políticas: culturales, económicas y sociales, permitiéndonos aprender desde una mirada de igual a igual.

“La importancia de la palabra en los contextos educativos”

En primer lugar consideramos que las experiencias educativas nos ayudan en nuestro proceso de formación docente. Y en este espectáculo, la  conexión  fue fascinante entre el público infantil y adulto,  todos, sin excepción, nos sumergimos en un mundo en el que la creatividad,  el cuerpo y la palabra, fueron protagonistas esenciales. Así desde esta experiencia vivida, recordamos a Paulo Freire haciéndonos reflexionar acerca de nuestra, responsabilidad ética, política y profesional y de lo importante que es nuestra preparación  académicamente antes de educar. Porque la sociedad actual del niño, comparte bienestares y padeceres junto a los adultos y a pesar de que goza de una gran libertad de expresión y de acceso a la información, sufre de sobrecarga de datos y estímulos.  Esto significa que el docente deberá buscar estrategias que permitan que la práctica de la lectura forme al educando como un ser crítico y autónomo.
En segundo lugar, podemos decir que toda experiencia educativa se da en un contexto y en tiempo determinado, por esto resaltamos que en el lugar de nuestra observación se difundían ideas, conclusiones, basadas en los distintos tipos de conocimiento que posee un educador, se realizó en un espacio en donde había comodidad para este tipo de discusión. Toda organización del trabajo de una práctica educativa o pedagógica tiene determinados momentos para que se desarrolle lo que cada educador se propone, gracias al tiempo se pueden organizar los hechos de una manera secuencial. El espacio debe estar organizado de forma que favorezca cada una de las distintas actividades que el niño debe realizar. Nos referimos a las actividades de tipo individual y colectivo.  Estos espacios-tiempos crean ambientes presenciales o virtudes que, dependiendo de su diseño y uso, pueden facilitar o impedir la comunicación en el aula.
Por otra parte, podemos mencionar el contenido curricular que se dio en esta obra, la idea era lograr que los niños aprendieran un poco más sobre “el valor  y el sentido que tienen las palabras”, ya que las nuevas generaciones llegan a este mundo sin conocimientos, sin medios de orientación. Es tarea del educador, estimular a los niños con el fin de lograr que estos interioricen los conocimientos que se les brindan, no siempre se logra el objetivo de que el niño aprenda de la manera en la que el educador le pretende enseñar, uno no es dueño de lo que hacen los demás con los conocimientos que se les brindan, esto de enseñar siempre depende del otro. “Puede haber enseñanza pero no aprendizaje”.  El fin de enseñar es poder lograr que los niños posean armas y herramientas que le sean útiles para desenvolverse en la vida y aprendan a relacionarse con los demás. Todo lo que se enseña debe poder trascender.
Finalmente,  podemos destacar una serie de acciones que tenía el educador (Daniel Sosa), como por ejemplo: la vocación, que es adquirida de una manera social, que se refiere al habitus docente (conjunto de disposiciones durables y transferibles), el artista brindaba mucho afecto, comprensión y contención. Otra acción es la gratificación personal, los niños le devolvían con afecto lo que él les estaba enseñando, se notaba que el trabajo que realizaba era con mucha entrega, gratitud, confianza y respeto.

Para concluir podemos decir: que nuestra palabra, nuestro cuerpo, no son sólo el lugar desde el cual llegamos a experimentar el mundo, sino que a través de ellos llegamos a ser vistos en él y  que la tarea de ser docentes, es un proceso difícil de afrontar. Muchas veces se puede fracasar, pero no debemos de rendirnos; admitir que uno fracasa es una acción buena, ya que del fracaso se pueden extraer muchas enseñanzas. Las  cosas no siempre funcionan, siempre vamos a tener obstáculos que van a estar en nuestro camino, pero al final siempre se encuentra la gratificación de que lo que hicimos y en un futuro nos dará muchos frutos.