UNA MIRADA DE IGUAL A IGUAL

Educación de y para todos

Al educarse, una persona asimila y aprende conocimientos, habilidades, valores, que producen cambios intelectuales, emocionales y sociales en el individuo. La educación también implica una concienciación cultural donde las nuevas generaciones adquieren los modos de ser de generaciones anteriores. No hay educación sin unos seres que influyen a otros. Para que haya una educación tiene que haber más de uno, y para que haya una educación tiene que haber una especie de voluntad de influenciar, provocar, impactar al otro. La influencia puede durar un periodo concreto o para toda la vida.
         Como hace referencia Carlos Skliar: “educar podría significar comprender que el destino de nuestros gestos educativos debería dirigirse a cualquiera, a cualquier otro, independientemente de su condición, su origen familiar, su cuerpo, sus modos de hacer, su apariencia.”1 .El derecho a la enseñanza es una de las cosas más importantes para poder formar una buena base en el futuro del niño.
Por este motivo debe lograrse que las escuelas sean lugares en el que se acojan a los alumnos, poder ser pacientes, comprender, escuchar, estar para ellos. Por ende, el maestro debe estar capacitado para enfrentar cualquier situación, ya que se han capacitado para enseñar a todos, sin hacer excepciones.
         Cada vez que se escribe o se dice “otro” reaccionan inmediatamente la filosofía del ser, la psicología del “yo”, las políticas de la confrontación vacía, las pedagogías que pretenden a toda costa hacer equivalente la diversidad a la alteridad.  Ocurre como si la palabra “otro” no pudiera ni dejar de decir, ni pudiera desdecirse. Ignoramos al otro, ignoramos lo otro. Se dice que pensar en mirar al otro, se torna una tarea problemática cuando estamos frente a un extraño, lo vinculamos de dos modos:
           Tolerancia: Soportar. Muchas veces se ignora al “otro” por sospecha a que nos perjudique, nos destabilice, modifique, lo miramos como un desconocido sin darnos cuenta que esa modificación puede ser positiva y puede hacernos bien a la sociedad de una manera diferente cuando nos vinculamos con el “otro” deja de ser un desconocido. “Si tolero y lo hago propio, deja de ser otro”2 
           Hospitalidad: Se le abre la puerta al extraño, se lo acoge, se le da la bienvenida, se lo recibe sin imponerle ningún tipo de condición. Se le brinda un conjunto de gestos sencillos, en palabras y también en silencios, con paciencia y respiración.

El concepto de identidad cultural surgió en los años 50, en EE.UU. Intentaban encontrar una herramienta adecuada para dar cuenta de los problemas de integración de los inmigrantes. Este enfoque, que concebía la identidad cultural como determinante de la conducta de los individuos. Para la psicología social, la identidad es una herramienta que permite pensar la articulación de lo psicológico y de lo social en el individuo. La identidad permite que el individuo se ubique en el sistema social y que el mismo sea ubicado socialmente; es al mismo tiempo la inclusión y la exclusión: identifica el grupo y lo distingue de los otros grupos. Existen tres formas en que la diversidad ha sido enunciada, configurando los imaginarios sociales sobre la alteridad
- La concepción objetivista y subjetivista de la identidad cultural, trata de definirla a partir de cierto número de criterios  considerados objetivos como el origen común, la lengua, la religión, el vínculo con un territorio. En esta concepción existen dos perspectivas: uno esencialista en el que la identidad se piensa como una condición inseparable del individuo y se la define de una manera estable y definitiva. La identidad preexiste al individuo que sólo puede adherirse a ella, se halla inscripta en el patrimonio genético y es un sentimiento de pertenencia de algún modo propio. La culturalista pone el énfasis en la herencia cultural vinculada con la socialización del individuo en el seno de su grupo cultural. Se busca establecer la lista de los atributos culturales que se supone deben servir de apoyo a la identidad colectiva. La otra perspectiva calificada de primordialista considera la identidad etnocultural primordial porque la pertenencia al grupo étnico es la primera de más importante de todas las pertenencias al sostenerse en  vínculos basados en una genealogía común.
- La concepción relacional y situacional: Si la construcción de la identidad se hace en el interior del marco social que determinan la posición de los agentes y por lo tanto orienta sus representaciones y sus elecciones. Para definir la identidad de un grupo, lo que importa es encontrar en estos rasgos los que son empleados por los miembros del grupo afirmar y mantener una distinción cultural. En consecuencia, los miembros de un grupo no son percibidos como absolutamente determinados por su pertenencia etnocultural, ya que ellos mismos son los autores que le atribuyen una significación a estas en función de lo relacional de la que se encuentra. La identidad se construye en los intercambios sociales debido a que cada individuo posee su propia cultura, comprende de costumbres, religiones, creencias, lenguajes, su manera de expresarse a través del arte, su alimentación, entre muchas otras características. Dentro de la diversidad de conforma 3 formas de la misma:
- El otro como fuente de todo mal: La modernidad construyo posibilidades y estrategias para control de alteridad. ¿Y para qué sirve el otro? Refuerza nuestra identidad, el otro diferente funciona como depositario de todos los males, como portador de fallas sociales. En términos educativos el otro permite la homogenización de los grupos de alumnos
-El otro como sujeto pleno de un grupo cultural: las culturas representan comunidades homogéneas de creencias y estilos de vida. Un estudio de las culturas dio origen al mito del arquetipo cultural que sostiene que cada cultura se funda en un sentido pleno a la vida de todos sus miembros. Cada sujeto logra identidades a partir de una identificación, como si las culturas se estructuraran independientemente de relaciones de poder y jerarquía.
-El otro como alguien a tolerar: Por un lado la tolerancia invita a admitir la existencia de diferencias pero en esa misma invitación residen la paradoja, ya que si se trata de aceptar lo diferente como principio también se tienen que aceptar los grupos cuyas marcas son los comportamientos antisociales u opresivo

“RACISMO, DISCRIMINACIÓN Y DESIGUALDAD”

Al hablar de discriminación, nos referimos al acto de agrupar a los seres humanos según algún criterio elegido e implicada alguna forma en relacione socialmente. Desde la mirada antropológica, la discriminación es un ejercicio cognitivo y social que se centra muy fuerte entre grupos de personas, la cual se carga de juicios de valor, lo que conduce a posicionamientos jerarquizados y desigualdad. Dentro de la misma se presenta el proceso etnocentrismo: basada en la idea de diferenciar los grupos, lo que implica una mirada comparativa donde se elije y descarta ciertos rasgos culturales como por ejemplo el lenguaje, tradición, costumbre y/o adicciones.
Dentro del mecanismo etnocéntrico podemos distinguir 3 conceptos:
1- Otredad: este concepto consiste en una mirada comparativa con una persona, que se percibe distinto frente a la propia mirada; la noción del otro es una doble construcción, es decir, se construye un “nosotros”.
2-Prejuicios: es un juicio de valor negativo sobre otras personas, que es previo a todos conocimientos. Suele conformarse sin que tengamos conciencia de ellos, es común que el prejuicio se caracterice por no ser reconocido por el que lo manifiesta. Lo detectan las personas que la escuchan.
3-Estereotipo: Es la idea que se tiene de un grupo basada en una generalización, donde se simplifican las características de esos otros y se plasman en rasgos comúnmente asociados a prejuicios, al estar asociados a está, la mayoría de los estereotipos suelen ser discriminatorios.
Racismo, surgió en occidente y tiene aproximadamente doscientos años desde su conformación. Es una forma de discriminación centrada en diferencias biológicas, reales o imaginarias, que se hacen extensivas a signos o indicadores culturales o religiosos. Este fenómeno posee dimensiones, si hablamos de actitudes racistas se identifica con la intolerancia y la estigmatización. En cuanto a los sentimientos se expresan la sensación de rechazo, miedo y amenaza. También se ven plasmado los niveles de prácticas discriminatorias, se producen indiferencia, insultos, golpizas y matanzas.