El peligro de las aguas contaminadas

El poder autodepurativo de las aguas, incluso las aguas residuales depuradas contaminan nuestros rios, lagos y mares Posiblemente el poder depurativo de las aguas, basado en la descomposición por bacterias, sería capaz de salvar este inconveniente. No obstante, la introducción de maretias tóxicas y grandes cantidades de sal en las aguas (por ejemplo detergentes, fenoles,  compuestos de cobre) exige de este poder un esfuerzo excesivo, o lo paraliza totalmente por destrucción de los organismos participantes de la autodepuración.

El suficiente contenido de oxigeno de las aguas es parte de una autodepuración correcta. Cuanto mayor es el contenido de oxigeno, tanto más intensa es la autodepuración. Si se aporta un exceso de material orgánico a las aguas se interrumpe o bloquea totalmente la autodepuración.

 Las consecuencias de una anulación total de la autodepuración son las formaciones de metano y de ácido sulfhi. drico, que llevan consigo otros problemas hi giénicos graves. Lógicamente las aguas estan cadas son afectadas más rápidamente que las aguas corrientes, ya que las reservas de oxíge no se agotan con mayor rapidez en las aguas estancadas.

Las consecuencias de las aguas contamindas con cadmio

La importancia especial tiene la creciente carga de cadmio de nuestras aguas. Asimilamos el cadmio con el agua potable, ademas con el aire y fundamentalmente con los alimentos. El cadmio, de efecto tóxico. constituye una bomba de relojeria por acumularse en el transcurso de nuestra vida en nuestros órganos, especialmente en los riñones, el higado y los pulmones; donde puede provocar numeros sintomas patológicos. Se sospechan relaciones con los trastornos cardiocirculatorios, especialmente la hipertonia y con la osteoporosis y la osteomalacia.

Al cadmio se le atribuyen también propiedades cancerigenas teratógenas y mutagenas. De todos modos el agua potable no tiene toda la culpa de la aportación de cadmio al organismo, de todo lo que ingerimos, es el agua el producto que contiene menos cadmio del orden de un microgramo por litro (un mictogtamo - una millonésima de gramo).

 Hay que advertir muy seriamente de la contaminación del aire, el agua y el suelo por el cadmio pues, de momento, no existe ninguna posibilidad de reconocer a tiempo este peligroso veneno en el cuerpo humano, la intoxicacion se descubre cuando ya es demasiado tarde.

Diariamente introducimos en nuestro cuerpo juntamente con los alimentos, una cantidad de cadmio que oscila entre diez cien microgramos pero solo el cinco por ciento de esa cantidad se absorbe a traves del intestino). En las zonas especialmente contaminadas (a causa de los escapes de los vehiculos motorados y los humos industriales) se registra naturalmente el mayor Indice de presencia de cadmio en los organismos humanos.