El juego de las mentiras, un espectáculo para los que viven en la ignorancia

El último informe presidencial de López Obrador se encaminó a resaltar las bondades de su administración llamada cuarta transformación, incluidas algunas que todos en México saben que son absolutas mentiras.

No todo lo hecho por la administración de AMLO es criticable. Debe reconocerse que algunas de las reformas realizadas han traído beneficios a la población, porque, a fin de cuentas, como se dice popularmente, de lo perdido lo que aparezca. Tenemos en este caso el incremento al salario mínimo y los programas sociales.

Estos últimos, por desgracia, han sido utilizados para la manipulación de la población más que como un programa planeado como contingencia temporal para sacar a la gente más desprotegida de la pobreza y la ignorancia.

Por otra parte, la declaración acerca de la disminución en delitos como los homicidios, deja ver una manipulación de las cifras y de la forma de medir el crimen completamente fuera de la realidad. El presumir de los libros de texto que lo único que hacen es empobrecer el nivel educativo de los estudiantes de primaria del país y pretender que el sistema de salud es un éxito, mejor que en Dinamarca, resulta el colmo de la falsedad. Pero bueno, confían en que el nivel de ignorancia de sus apoyadores es tal, que no tienen ni idea de dónde está Dinamarca, mucho menos saben de su sistema de salud.

Todo el informe está construido para presentar como éxitos proyectos que no han sido mas que fracasos por lo mal implementados, no porque sean malos de origen, sino por la patente ineficiencia de quienes están a cargo.

También se ensalza a la sucesora que fue impuesta por el propio presidente, quien intervino en el proceso de elección como en las más viejas prácticas políticas y más. Pero a pesar de eso, en el informe se presume de democracia y combate a la corrupción.

Es realmente penosa la falta de honestidad al presentar los resultados de cierre de un sexenio que creó muchas expectativas entre los ciudadanos y que ni siquiera fue capaz de ser veraz para aceptar las equivocaciones y las necesarias correcciones al rumbo del país que serán urgentes para evitar que aumente su declive.