El juicio de García Luna, crónica de un desprestigio anunciado

Se habla de que es el juicio del siglo, en el que un funcionario de alto nivel de nuestro país está siendo juzgado en los Estados Unidos por cargos de conspiración, tráfico de drogas y falsedad de declaraciones.

Desde antes de que el exsecretario de Seguridad Pública en el sexenio de Felipe Calderón fuera enjuiciado en el país vecino, eran un secreto a voces sus nexos con el narcotráfico y el enriquecimiento ilícito evidente por las muchas propiedades, bienes y recursos que serían inalcanzables para el ingreso de un funcionario público honesto.

Mientras gran parte del país era bañado en sangre por los enfrentamientos de grupos criminales y la supuesta guerra al narco, resultaba evidente que tal guerra tenía una clara tendencia favorecedora hacia un grupo criminal en particular mientras se perseguía a los grupos contrarios a este.

Espionaje, represión, asesinatos de opositores políticos y económicos al régimen en el poder, amenazas, temor, impunidad, montajes, violencia e inseguridad en ascenso fue lo que caracterizó a la gestión de García Luna y al sexenio de Calderón.

Los poderosos intereses económicos ligados al régimen han sido hasta el momento suficiente protección para los responsables del enorme daño al país evitando que sufran alguna consecuencia por usar sus cargos púbicos exclusivamente a su servicio.

La prensa tradicional también contribuyó, recibiendo ganancias a cambio de callar y publicar solamente lo que el gobierno dictaba que debería darse a conocer. Crearon un disfraz de la realidad hecho de silencio y noticias falsas. Pero esa mentira era tan grande que era imposible mantenerla oculta por siempre.

Finalmente, la verdad comienza a alcanzar a los causantes de gran parte de la degradación y violencia del país. Aunque la prensa tradicional se empeña en minimizar lo que ocurre, en seguir callando e ignorando los testimonios y pruebas que se están presentando en el juicio, la sociedad tiene otros medios de enterarse de lo que pasa.

El juicio de García Luna, sin embargo, es solo un inicio de la justicia que debería ejercerse sobre esos funcionarios corruptos. En realidad, es muy probable que las pruebas presentadas por la fiscalía estadounidense sean insuficientes para lograr una condena.

El gobierno actual de México se prepara para preparar sus propios procesos para extraditar a García Luna al país, pero incluso eso podría no alcanzar para lograr una aplicar una justa sanción. Los aliados del gobierno calderonista siguen detentando un gran poder económico y el Poder Judicial mexicano no puede decirse que sea imparcial.

A pesar de no existir certeza en obtener justicia por los medios legales, lo que sí es un hecho es que el desprestigio que se veía venir para los funcionarios del régimen calderonista y sus aliados finalmente los alcanzó. En el entorno internacional y con la población mexicana, la máscara tras la que se ocultaron todo este tiempo ha terminado por hacerse pedazos