Tras recibir la constancia de mayoría por parte de la autoridad electoral, la ahora presidenta electa de México, Claudia Sheinbaum, festejó tal acontecimiento en un evento en el teatro Metropolitan de la Ciudad de México junto a sus allegados.
Con bombo y platillos la ya mencionada hizo alusión del gran logro que significa que una mujer por primera vez esté a cargo del máximo cargo público del país y, subiendo a todas las mujeres en el mismo barco, dijo que es un logro de las mujeres el haber logrado tal cambio en el país.
Tal parece que a la señora Sheinbaum se le pasa por alto al decir eso, que fue un hombre quien la colocó en esa posición, imponiéndola por sobre otros precandidatos de su grupo político a los que de un modo u otro se les obligó a doblar las manos y cerrar la boca ante la injusticia en la selección del candidato de Morena.
Aún más, la realidad de que sea una mujer la presidenta electa de México es resultado también de la falta de opciones en la boleta electoral, pues la oposición más fuerte también llevaba una mujer como candidata a ese cargo, así que al ciudadano solo le quedaba el votar por una u otra.
Resulta por demás frustrante pensar que el único mérito a destacar de quien encabezará el poder ejecutivo en el próximo sexenio parecería ser el ser mujer y no una probada capacidad de eficiencia para administrar, pues el papel que hizo como jefa de la Ciudad de México dejó mucho que desear.
Para quienes pensamos que la capacidad de una persona reside en su mente y no en el género que ostente, que se pretenda vender la idea de que todo será mejor con una mujer al frente del país es la primera de las múltiples falacias con las que seguramente se va a caracterizar la próxima presidencia.
Por cierto, aunque en parte de su discurso la presidenta electa atribuye su triunfo a las mujeres, en otra le da un reconocimiento a su patrocinador y afirma que va a seguir por el camino que este trazó, no con estas exactas palabras, pero sí con el mismo fondo.
Esto, que muchos sospechábamos que sería de este modo es una de las pocas verdades a rescatar de este discurso meramente político y por tanto plagadito de falsedades.
Pero una parte muy destacable de este discurso, que viene a poner sobre la mesa las nimiedades a las que se dará importancia en la nueva administración, en lugar de al desarrollo económico y social del país, es cuando la presidenta electa hace una respetuosa invitación a que nombremos Presidenta, con A, a quien ocupa el cargo de jefe del ejecutivo.
Dado que según la RAE y diccionarios académicos es tan válido usar el vocablo presidente como presidenta a una mujer que ostenta un cargo de esta naturaleza, el aferramiento a que se use “presidenta con A” es más una imposición que el deseo de que se hable con corrección.
Por mi parte uso presidenta por parecerme más natural, aunque estoy convencida que el vocablo presidente no es de ningún modo machista o misógino. Ni que fuera “presidento”. Y como mujer, el que una mujer sienta que el uso de un título de cual o cual forma otorga o quita respeto me hace pensar que no se valora a sí misma, sino al cargo.
Ese asunto de la presidenta con A me hizo recordar un viejo chiste, ese de que al nene le pusieron “Coné” y al preguntarle al papá por qué, este dijo, pues yo quería que se llamara Jenrique, como su abuelo y como yo, pero el padrecito nos dijo que no, “No, hijos, Coné, Coné”, y así se le quedó. Así, la señora presidenta bien podría ser llamada “Coná”.
Si en vez de preocuparse en cómo le dirán, la señora presidenta, y no me refiero a la famosa obra de teatro, sino a la presidenta recien electa, se enfocara en cómo mejorar los temas prioritarios de la nación, tales como la inseguridad, la economía, la educación, la salud y tantos otros, la expectativa de su futuro gobierno podría ser más optimista, pero tal como es… bueno, yo no me hago muchas ilusiones.
Para terminar, quiero decir que ojalá me equivoque, que quienes piensan que la presidenta electa se va a deslindar de su predecesor y tomará decisiones pensando en el bienestar de México en vez de en la fidelidad a su padrino político tengan razón. Sin embargo, nada de lo que he visto hasta ahora indica que vaya a ser así, y si tengo razón en esto, solo queda esperar que los ciudadanos tengamos la fuerza de hacer lo que el gobierno no hará.
Esta web se reserva el derecho de suprimir, por cualquier razón y sin previo aviso, cualquier contenido generado en los espacios de participación en caso de que los mensajes incluyan insultos, mensajes racistas, sexistas... Tampoco se permitirán los ataques personales ni los comentarios que insistan en boicotear la labor informativa de la web, ni todos aquellos mensajes no relacionados con la noticia que se esté comentando. De no respetarse estas mínimas normas de participación este medio se verá obligado a prescindir de este foro, lamentándolo sinceramente por todos cuantos intervienen y hacen en todo momento un uso absolutamente cívico y respetuoso de la libertad de expresión.
No hay opiniones. Sé el primero en escribir.