El 10 de julio de este año 2023 un grupo de sujetos armados provocaron un incendio en la central de abastos de Toluca, estado de México, que dejó como resultado nueve personas fallecidas y una gravemente lesionada. Tres de las víctimas eran menores de edad que dormían en uno de los locales de la nave incendiada.
Esta tragedia pinta con vívidos y dramáticos colores la violencia que se vive en el país en general y en el estado de México en particular, dejando de manifiesto que cualquier persona puede acudir a su lugar de trabajo y caer víctima de un atentado cobarde que le trunque la vida y le impida regresar a su hogar al lado de sus seres queridos.
Casi de inmediato, la fiscalía del estado de México dio a conocer la hipótesis de que se el origen de este atentado fue un conflicto interno entre comerciantes de la misma central de abastos en pugna por el espacio, revelando que había demandas judiciales y antecedentes de enfrentamientos entre personas pertenecientes a diferentes grupos.
Actualmente se ha detenido a nueve personas presuntamente responsables del delito de homicidio calificado ocurrido en la nave comercial 7, de la Central de Abasto de Toluca. De acuerdo con la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana tres de los investigados desempeñaban cargos en el Consejo de Administración de la Central de Abasto -presidente, tesorero y asesor-, uno más era el responsable del Jurídico y otro el encargado de seguridad en la misma Central.
Estos cinco individuos se suponen involucrados en la planeación y organización del atentado, con la intención de que las víctimas desocuparan el espacio en que realizaban sus actividades. Los otros cuatro acusados eran guardias de seguridad que se presume facilitaron el hecho.
Este asunto es grave en más de un sentido. Es un hecho atroz de violencia con fatales consecuencias, pero es más que eso. Es un evento del que ya se tenían señales de que podía ocurrir, pues las autoridades conocían del conflicto y los enfrentamientos y no hicieron nada por darles una solución pacífica. Sabían bien que había riesgo de un desenlace que pondría en grave peligro a los involucrados y a pesar de eso no mediaron, negociaron, ni previeron para que eso no ocurriera.
Peor aún, de inmediato tomaron como un hecho natural y hasta como una excusa el que “no fue una ejecución por comando armado”, fue por “un conflicto interno”, como si fuera mejor el que esas nueve víctimas fatales y el lesionado, sufrieran a manos de compañeros del mismo gremio de comerciantes, que si hubiera sido en las de un grupo de extraños que buscaran asaltarlos.
Y eso nos conduce a reflexionar en qué clase de sociedad personas que se supone trabajan en un negocio honesto son capaces de llegar al asesinato para deshacerse de sus competidores. Personas que, al menos públicamente, no tienen el crimen como modo de vida.
En esta sociedad los valores más importantes son el dinero y el poder, y con tal de tenerlos, muchos están dispuestos a pasar por encima de quien se les ponga en el camino, no importando la profesión a la cual se dediquen. Una sociedad con un egoísmo tan desmedido que desemboca en el homicidio por un espacio en una central de comercio.
Como habitantes de este país, debemos aspirar a cambiar esta realidad. Construir un sistema de educación y formación para el manejo constructivo de los conflictos, con autoridades competentes para intervenir con oportunidad cuando se comienzan a ver señales de inestabilidad. Transformarnos en una sociedad donde el valor del ser humano esté muy por encima del valor del dinero, donde los negocios sean una forma de garantizar una vida con un nivel apropiado de bienestar para todos y no como un fin en sí mismo.
Definitivamente, necesitamos dar un giro hacia una cultura de respeto, en la que se pueda trabajar con seguridad y donde las autoridades provean de soluciones y no de tristes pretextos.
Esta web se reserva el derecho de suprimir, por cualquier razón y sin previo aviso, cualquier contenido generado en los espacios de participación en caso de que los mensajes incluyan insultos, mensajes racistas, sexistas... Tampoco se permitirán los ataques personales ni los comentarios que insistan en boicotear la labor informativa de la web, ni todos aquellos mensajes no relacionados con la noticia que se esté comentando. De no respetarse estas mínimas normas de participación este medio se verá obligado a prescindir de este foro, lamentándolo sinceramente por todos cuantos intervienen y hacen en todo momento un uso absolutamente cívico y respetuoso de la libertad de expresión.
No hay opiniones. Sé el primero en escribir.