En el contexto del reciente ataque armado a un periodista de impacto nacional, el tema de la violencia contra periodistas ha vuelto a estar en boga en los medios de comunicación.
El mencionado comunicador fue atacado a balazos mientras viajaba a bordo de su camioneta, la cual estaba blindada y evitó que el incidente tuviera fatales consecuencias.
El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk, instó a México a cumplir con su obligación de garantizar la seguridad de los periodistas en el país.
“Los periodistas necesitan protección, no ataques de las autoridades”, apuntó Türk en su cuenta de Tweeter y sostuvo que no brindar esa protección contribuye a la autocensura y fomenta la violencia en los medios de comunicación.
La intención de esta declaración y otras en el mismo sentido buscan poner en evidencia al gobierno mexicano, que ha acusado a cierto sector de la prensa de ser parcial, conservador y tendencioso.
Lo cierto es que el gobierno ha sido muy respetuoso de la libertad de expresión, dado que este sector de la prensa, que en efecto existe, se ha dado gusto atacando todas las decisiones del gobierno, con razón o sin ella. La mayoría de las veces sin ella.
Por otra parte, varios periodistas han sido asesinados y resulta obvio que la situación de inseguridad en el país está lejos de estar bajo control. Así que la prensa, como sector con acceso a la opinión pública, requiere de la protección del estado para ejercer su función con seguridad, aunque eso no implica que el resto de la población sea relegado al momento de recibir esa protección.
El tema entonces es complejo, y encontrar un justo equilibrio resulta necesario. Proteger a la prensa y sus derechos es una prioridad en la vida política, económica y cultural del país. Por otra parte, cuando un personaje público es denostado por un sector de la prensa debe tener el derecho de réplica, pues por el mismo poder que los medios de comunicación poseen, pueden también manipular a una parte de la opinión pública fácilmente influenciable.
Un grupo de periodistas envió una carta manifiesto al presidente López Obrador, pidiendo “acabar el hostigamiento” contra periodistas, luego de que el mandatario expresara que el ataque a Ciro Gómez Leyva podría constituir un autoatentado, algo que en realidad una parte importante de la población no puede evitar pensar.
Basta observar la lista de los firmantes para notar que se trata en su inmensa mayoría de personajes que se beneficiaron enormemente durante los gobiernos anteriores a cambio de callar y distorsionar la realidad para beneficio político de los grupos en el poder, y que perdidas sus prebendas en el actual gobierno, se han empeñado en atacarlo hasta el cansancio y sin fundamentos.
Se necesita seguridad de parte del gobierno, eso nadie lo cuestiona. Para todos los ciudadanos y no solo para los periodistas. Pero en cuanto a tolerar en silencio que esos personajes oscuros que se dicen periodistas puedan mentir y manipular impunemente sin que exista una respuesta, nadie que esté a favor de una sociedad verdaderamente libre puede aprobarlo.
Si expresamos nuestra opinión, debemos estar dispuestos a que alguien exprese la suya en oposición, sin quejarnos de que eso fomenta la “violencia”, porque no es así. Se debe llegar a un acuerdo en estar en desacuerdo, sin que eso convierta a los opuestos en enemigos mortales. Cuando logremos eso, seremos capaces de vivir y experimentar una auténtica civilidad.
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